Rostros locales: Félix González, de Pinar del Río al desafío de las artes marciales
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Félix González Contino nació en Pinar del Río, en un entorno donde la disciplina y la perseverancia eran esenciales para superar las dificultades de la vida cotidiana. Desde muy joven mostró un espíritu competitivo e inquieto, y fue en la niñez cuando se sintió atraído por las artes marciales. Para él, este mundo no sólo representaba la pelea, sino una oportunidad de superarse día a día, fortalecer la mente y el cuerpo, y adquirir una disciplina que lo acompañaría toda la vida.
A los tres años de llegar a EEUU, Félix ha experimentado de primera mano la complejidad de emigrar y adaptarse a un país nuevo. Cruzó la frontera acompañado de su hermano, enfrentando una travesía difícil y agotadora que puso a prueba su determinación. Sin embargo, su pasión por las artes marciales y su deseo de crecer como persona y atleta lo mantuvieron enfocado, y logró instalarse en un país que le ofrecía nuevas oportunidades para desarrollar su carrera.
Desde niño, Félix admiraba a los superhéroes y soñaba con tener superpoderes para ayudar a otros. Ese deseo de proteger y superar los desafíos se transformó en disciplina física y mental. Su interés por los deportes y la actividad física creció con el tiempo, y fue descubriendo que las artes marciales le ofrecían la combinación perfecta de control, resistencia, estrategia y superación personal.

Cada entrenamiento, cada combate y cada técnica aprendida se convirtió en una oportunidad de crecer, de enfrentar sus límites y de imponer su sello propio en el ring.
Su estilo como peleador refleja su filosofía de vida: agresivo, decidido y enfocado en terminar cada pelea, pero siempre con inteligencia y estrategia. No se trata sólo de golpear, sino de controlar el ritmo del combate, anticipar movimientos y dejar una marca con cada acción. Félix recuerda con especial orgullo su segunda victoria profesional, cuando ejecutó una patada trasera (back kick) planificada semanas antes. Confiado en su preparación, logró un TKO en los primeros segundos, demostrando concentración, habilidad y la capacidad de transformar la teoría en resultados concretos.
Para él, el verdadero logro no reside únicamente en títulos o reconocimientos, sino en la constancia y la perseverancia. Mantenerse firme en el camino, mejorar cada día y superar los obstáculos de la vida y de la carrera deportiva ha sido su mayor orgullo. Llegar a EEUU implicó enfrentar desafíos adicionales: adaptarse a un nuevo idioma, entrenar en condiciones distintas y competir en un nivel más exigente. Cada dificultad se convirtió en un aprendizaje, fortaleciendo su carácter y su determinación.

Actualmente, Félix se prepara intensamente como profesional, entrenando con dedicación y rodeado de entrenadores y compañeros que lo impulsan a dar lo mejor de sí mismo. Su meta es clara: llegar a las grandes ligas de las MMA y representar con orgullo a su familia, su gente, a los cubanos. Pero su visión va más allá del éxito personal: busca inspirar a otros a no rendirse, a luchar por sus sueños y a comprender que la disciplina y el esfuerzo son los pilares de cualquier logro.
A pesar de los desafíos y de la exigencia física y mental que implica ser peleador, Félix mantiene su enfoque en la superación constante. Cada combate, cada entrenamiento y cada sacrificio son pasos hacia un futuro donde su historia pueda motivar a otros a perseguir sus metas sin importar las circunstancias. Su mensaje a quienes lo siguen es claro: nunca te rindas, cree en ti mismo y trabaja con determinación. Para Félix, los límites sólo existen para quienes no se atreven a romperlos, y su camino apenas comienza. Con fe, enfoque y disciplina, está decidido a dejar una huella imborrable en el mundo de las artes marciales y a convertirse en un referente para las nuevas generaciones.
Por Yanet KantAlma, El Kentubano (edición 194, octubre 2025)
