Rostros locales: Entre raíces y calma, el viaje de Diana Suárez hacia un hogar que también abraza
El Kentubano, exaltando, reconociendo, y aplaudiendo las buenas obras y a los líderes de nuestra comunidad
Diana Suárez Piorno, creadora de “Mi casa, Mi paz” (https://www.youtube.com/@DianaSu%C3%A1rez-q2y), nació en Santiago de Cuba, una ciudad que moldeó su sensibilidad estética y su amor por los detalles. Llegó a EEUU en 2016 y encontró en las redes sociales una herramienta poderosa para adaptarse y conectar. Hoy vive en Kentucky, un lugar que le ha regalado una calma silenciosa y una nueva manera de mirar la vida: con pausa, intención y belleza.

Tus contenidos inspiran paz, orden y creatividad. ¿Qué te motiva cada día a compartir con tanta constancia y amor por el detalle?
Saber que, a través de lo simple, puedo transmitir algo profundo: la posibilidad de vivir con más calma, belleza e intención. Me inspira pensar que, aunque el mundo corra y el ruido abrume, siempre podemos crear lugares que nos devuelvan al centro. La constancia con la que lo hago nace del amor, no de la obligación. Compartir lo que amo es mi forma de extender ese amor, un día a la vez.
¿Cómo ha sido el camino hasta construir una comunidad de cientos de miles de seguidores? ¿Qué aprendizajes te ha dejado esa experiencia?
El camino me ha exigido estudio, visión, autenticidad y constancia. He aprendido el valor de la comunicación auténtica, de la humildad, la empatía, y a tener paciencia. Construir comunidad no es sólo publicar: es cuidar, responder, escuchar, estar. Comprendí que liderar una comunidad no es estar por encima de nadie, es caminar al lado, desde el corazón.
¿Qué crees que te diferencia dentro del mundo de las redes?
Creo que lo que me diferencia además de lo que muestro, es cómo lo vivo. Cada cosa nace de una experiencia real. No sigo fórmulas virales, sino un camino lento y consciente. Busco tocar algo profundo en quien me sigue, y nunca he perdido de vista por qué empecé: compartir una forma de ver la vida donde lo simple tiene valor.
Muchas mujeres se identifican contigo. ¿Sientes que tu canal también ha servido como una red de apoyo emocional?
Sí, lo siento profundamente. Mi canal se ha convertido en una red de apoyo emocional para muchas mujeres… y también para mí. Los mensajes que recibo me confirman que esto va más allá de la decoración. Se trata de reconectarnos con nosotras mismas, desde el cariño, desde los pequeños gestos cotidianos que nos sostienen.
¿Cuál ha sido el video o publicación que más te ha marcado emocionalmente? ¿Recuerdas alguna historia especial con tu comunidad?
Un video donde mostraba el patio de mi casa antes de hacer algunos cambios. Recibí críticas que me tocaron profundamente, más allá del contenido. Me sentí vulnerable. Pero también aprendí que no tengo que complacer a todos, que la sensibilidad es parte de mi fuerza. Ese episodio me hizo más firme y humana.
¿Qué opinas sobre el equilibrio entre las redes y la vida personal? ¿Cómo logras proteger tu paz fuera del mundo digital?
Creo que el equilibrio es vital. He aprendido a poner límites, a cerrar el teléfono sin culpa, a disfrutar momentos que no comparto con nadie más. Lo logro con rituales sencillos: ordenar en silencio, tomar café sin distracciones, caminar sin rumbo. También aprendí a decir no, a priorizarme, a proteger mi paz como parte de mi bienestar.
¿Hacia dónde quieres llevar tu proyecto en el futuro? ¿Tienes nuevos sueños para “Mi casa, Mi paz”?
Sueño con que “Mi casa, Mi paz” se convierta en un refugio más completo: talleres, productos, espacios de encuentro… una plataforma útil para transformar no sólo espacios, sino rutinas y emociones. Quiero que siga creciendo, pero con propósito. Que sea más significativo, más humano, y que siga llevando el mismo sello: paz, calidez y amor por los detalles.
Por Yanet KantAlma, El Kentubano (edición 191, julio 2025)
