Rostros locales: El viaje de María y Annalise hacia una vida llena de milagros
El Kentubano, informando y compartiendo recursos necesarios en beneficio a nuestra comunidad…
María Guadalupe González García llegó a EEUU a los tres años y vive en Louisville, Kentucky, donde nació su hija Annalise, una niña de 7 años, alegre y encantadora. Annalise nació prematura, a las 24 semanas y con parálisis cerebral, tras un embarazo complicado por preeclampsia. Pasó cuatro meses en cuidados intensivos neonatales, y desde entonces María ha enfrentado un camino lleno de desafíos, milagros y mucha fortaleza.

¿Qué ha sido lo más difícil en este camino como mamá?
Como mamá primeriza, tenía muchos miedos e incertidumbres sobre el parto y cómo cuidar a mi hija, pero lo más difícil fue enfrentar un camino nada ordinario, lleno de retos y decisiones complejas que solo quien tiene un hijo con una condición médica puede entender. Muchas decisiones tuve que tomarlas yo sola, siempre pensando en el bienestar de Annalise, y aunque recibí mucho apoyo de médicos, enfermeras y terapeutas, me resultó muy difícil conectar con otras familias en la misma situación. No fue sino hasta llegar al Kids Center que encontré a otras familias con experiencias similares a la nuestra.
¿Cómo conoció usted el Kids Center y qué tipo de ayuda le han dado allí a su hija y a usted?
Conocí el Kids Center gracias a las terapeutas del programa First Steps, que ofrecía terapias en casa para mi hija hasta que cumplió tres años. Al finalizar ese programa, nos recomendaron este centro, que se ha convertido en un segundo hogar para nosotras. Allí, Annalise ha recibido un apoyo inmenso, con terapias físicas, ocupacionales, de lenguaje y de alimentación, además de participar en la clínica de espasticidad y en programas de terapias intensivas.

Además de terapias, ¿le han ayudado con cosas como silla de ruedas, aparatos o recursos especiales?
Sí, además de las terapias, en Kids Center nos han apoyado muchísimo para conseguir recursos y equipos ortopédicos necesarios para Annalise. Las terapeutas nos ayudan a redactar cartas y gestionar solicitudes para obtener equipo especializado, como sillas de ruedas, caminadoras, carriolas adaptadas, sillas especiales para bañarla y muchos otros dispositivos que facilitan su vida diaria.
¿Cómo se siente cuando ve que su hija logra avances, aunque sean pequeños?
Me siento la mamá más orgullosa del mundo cuando veo que mi hija alcanza una nueva meta, porque en ella veo perseverancia y un enorme deseo de superarse. Su carita refleja orgullo y felicidad por lograr cosas que, a veces, muchos damos por sentado. Cada pequeño logro la llena de alegría y gratitud, y poder compartir esos momentos con ella es, sin duda, el mejor sentimiento que puedo experimentar.
¿Qué le diría usted a otras mamás o papás que quizás están pasando por algo parecido y todavía no saben que existe el Kids Center?
Les diría que se den la oportunidad de conocer el Kids Center, un lugar realmente especial que ofrece mucho más que terapias. Allí no solo brindan información valiosa sobre las condiciones médicas de nuestros hijos, sino que también los acogen con amor y dignidad, ayudándolos a alcanzar una mejor calidad de vida. Forman lazos genuinos tanto con los niños como con los padres, y ese apoyo emocional marca una gran diferencia en el camino de cada familia.
¿Siente que el apoyo del Kids Center le ha cambiado la vida a su familia? ¿Hay algo más que quiera contar o un mensaje para la comunidad?
El apoyo del Kids Center ha sido invaluable para nuestra familia; me da paz saber que mi hija está en manos de profesionales dedicados a ayudarla a mejorar. Cada avance, por pequeño que sea, nos llena de esperanza y fuerza para seguir adelante. Este centro, con su amplia experiencia, se ha convertido en parte esencial de nuestra vida diaria, y creo firmemente que llegar aquí fue una bendición y una muestra de la buena providencia de Dios.
Por Yanet KantAlma, El Kentubano (Edición 192, agosto 2025)
