Gabriel Frankel: Un legado de apoyo y transformación para la comunidad
El Kentubano, exaltando, reconociendo, y aplaudiendo las buenas obras y a los líderes de nuestra comunidad

La historia de este inmigrante colombiano refleja la realidad de muchos que, impulsados por la necesidad de escapar de situaciones de violencia e incertidumbre, buscan una nueva oportunidad en EEUU.
Su llegada a Louisville fue precipitada por la creciente inseguridad en Colombia, donde él, como profesor universitario y fundador de un centro educativo, se vio amenazado por la violencia derivada de los carteles y las narcoguerrillas. Con una familia a su lado y una educación bilingüe que le permitió superar barreras idiomáticas, su primer paso en EEUU fue similar al de muchos inmigrantes: una determinación férrea de adaptarse y prosperar, y encontrar trabajo, cualquier trabajo legal, para poder sobrevivir y comenzar una nueva vida:
¿Qué motivó la creación de la Consejería Hispana, cuáles fueron sus principales retos y cómo define su propósito actual?
La creación de la Consejería Hispana fue motivada por la necesidad de ofrecer apoyo a la comunidad hispana en áreas como asesoría legal, personal y financiera, además de abordar problemas de salud mental y soledad, especialmente debido a la falta de servicios bilingües. Los mayores retos al iniciar fueron la incertidumbre, la falta de experiencia y la logística. Aunque hoy en día existen más recursos para la comunidad, la Consejería sigue enfocada en ayudar, aconsejar y apoyar a quienes lo necesitan, con la convicción de que el bienestar de los demás también contribuye al propio.
¿Qué cambios ha observado en la comunidad hispana gracias a los servicios de la Consejería y qué lo inspira a seguir trabajando por su bienestar?

La Consejería ha sido testigo de un notable progreso en la comunidad hispana, con muchos alcanzando un éxito significativo en áreas como educación y poder adquisitivo, y viendo cómo la segunda generación se convierte en profesionales destacados. Esto ha sido un reflejo del esfuerzo y trabajo de muchos, lo que también ha permitido que el idioma español se vea de manera más natural en la ciudad. Lo que me inspira a seguir trabajando por la comunidad es el deseo de contribuir al bienestar colectivo, desafiando estigmas negativos y promoviendo la participación en la comunidad, ya sea a través de actividades como el deporte, el voluntariado o pequeños gestos de ayuda que beneficien a todos, independientemente de su origen.
¿Cuáles son los planes futuros de la Consejería Hispana y qué mensaje le gustaría compartir con la comunidad hispana en EEUU?
Yo estoy pensando en retirarme, pero me gustaría que alguien tomara las riendas y continuara con el legado. Hoy en día, debido al crecimiento de la población hispana, ya existen más entidades ofreciendo apoyo, así que no creo que la necesidad sea tan urgente como antes. Mi esperanza es que quienes sigan este camino no lo hagan sólo por dinero, sino por el deseo genuino de ayudar.
En cuanto a la comunidad, especialmente a los cubanos, mi consejo es que respeten las leyes del país que los ha acogido. Agradezcan la mano que los recibe y asimilen la cultura sin imponer la suya. Aprendan el idioma, contribuyan positivamente y, sobre todo, no abusen del sistema. Siempre es importante ser humildes, sin importar lo que uno haya alcanzado. El respeto, la amabilidad y la generosidad nos ayudarán a integrarnos mejor y a hacer que nos vean con buenos ojos.”
El libro “Juan 21-21”

Gabriel Frankel también escribió el libro “Juan 21-21”, disponible en Amazon (https://a.co/d/j9vxN0z), el cual ofrece una reflexión profunda y accesible sobre la voz interna que todos llevamos dentro. Con un enfoque sencillo, el libro busca confirmar nuestra propia sabiduría, ayudarnos a aceptar quienes somos y motivarnos a ser mejores cada día. Un testimonio de cómo, a través de la experiencia y el autoconocimiento, podemos encontrar el camino hacia la mejora personal y el bienestar.
Por Yanet KantAlma, El Kentubano (Edición 185, enero 2025)
