Rostros locales: Ernesto Guzmán, garantizando seguridad y confianza en cada inspección

El Kentubano, exaltando, reconociendo, y aplaudiendo las buenas obras y a los líderes de nuestra comunidad…

Nacido en el céntrico barrio del Vedado, La Habana, Ernesto Guzmán Boudy construyó su vida en Cuba hasta que la emigración de sus hijos lo motivó a buscar nuevas oportunidades.

En 2017, se estableció en Panamá, donde trabajó como supervisor en la construcción de la línea 2 del Metro, enfrentando desafíos y adquiriendo valiosas experiencias.

Finalmente, en 2021, llegó a los EEUU junto a su esposa gracias a la reclamación de su hijo, iniciando una nueva etapa que refleja la perseverancia y los logros de los inmigrantes cubanos:

¿Qué desafíos enfrentó al establecerse en un nuevo mercado laboral y cómo encontró su camino como inspector de viviendas?

Mi trayectoria no fue reconocida como referencia laboral, especialmente a los 55 años. Aunque trabajé como supervisor en una compañía de carpintería de aluminio, busqué oportunidades que conectaran con mi trayectoria en construcción. Un amigo y una agente inmobiliaria me recomendaron la profesión de inspector de viviendas. Decidí estudiar y, en sólo tres meses, obtuve mi licencia, logrando integrar mis conocimientos previos con una nueva carrera.

Mi experiencia me ayuda a explicar no sólo qué está mal, sino por qué, lo que mejora la comprensión de los clientes. Sin embargo, siempre recuerdo la frase de Sócrates: “Solo sé que no sé nada”. Este es un campo donde se adquiere experiencia día a día enfrentando nuevas situaciones, investigando, y compartiendo conocimientos con otros inspectores.

¿Cuáles son los principales retos para un inspector al trabajar con compradores en su mayor inversión?

El inspector enfrenta el desafío de comunicar que su labor es visual y descriptiva, enfocada en identificar defectos mayores y menores, pero sin garantizar soluciones ni decidir sobre la propiedad. Cada cliente tiene expectativas y circunstancias distintas, lo que puede complicar la percepción de los hallazgos. Es esencial explicar que el informe no aprueba ni desaprueba la compra, y aclarar la naturaleza de los problemas detectados, evitando tanto exageraciones como omisiones, especialmente cuando muchos son sólo problemas cosméticos.

¿Cómo logró realizar 356 inspecciones en su primer año en un mercado competitivo?

Me enfoqué en contactar a Realtors de habla hispana, presentándome personalmente, y la confianza inicial de algunos facilitó conexiones con otros. Mi disponibilidad fue clave: realizaba inspecciones en horarios flexibles, incluso temprano en la mañana, tarde en la noche y fines de semana. Además, utilicé publicidad en varios medios y prioricé la calidad del trabajo, lo que llevó a que clientes satisfechos me recomendaran. Aunque estoy orgulloso de este logro, mi enfoque siempre es mejorar y alcanzar más, buscando oportunidades para seguir creciendo.

¿Qué tan importante es trabajar con la comunidad hispana y comunicarse en su idioma nativo?

Trabajar con la comunidad hispana, especialmente cubana, ha sido esencial en mi labor. Muchos compradores desconocen el proceso de inspección y suelen seguir las recomendaciones de los Realtors, quienes generalmente trabajan con inspectores de habla inglesa. Aunque he enfrentado retos para posicionarme, he encontrado una ventaja significativa al comunicarme en español. No se trata sólo de traducir términos técnicos; es establecer una conexión basada en la confianza, la idiosincrasia y una comunicación fluida que el idioma permite. Un cliente mexicano me agradeció por explicarle con detalle, algo que no pudo hacer en su primera experiencia con un inspector americano. Para los hispanos, especialmente los recién llegados, hablar en su idioma nativo genera, además de claridad, un ambiente de apoyo y pertenencia.

¿Cuáles son sus metas futuras y qué mensaje tiene para otros inmigrantes que buscan emprender en un nuevo país? 

Planeo expandir mis servicios al mercado inmobiliario en Indiana, incluyendo inspecciones de radón y moho, además de seguir educando a través de redes sociales sobre el funcionamiento y mantenimiento de viviendas. A otros inmigrantes les diría que trabajen duro por sus metas, tanto física como mentalmente, trazando objetivos claros, porque el límite de lo que se puede lograr está en la mente.

Por Yanet KantAlma, El Kentubano (Edición 187, marzo 2025)

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