Rostros locales: Nan García, el corazón boricua que brilla en el baloncesto universitario
El Kentubano, exaltando, reconociendo, y aplaudiendo las buenas obras y a los líderes de nuestra comunidad

A pesar de haber dejado Puerto Rico a los dos años, Nan García siempre ha mantenido a la isla como el núcleo de su identidad y su carrera deportiva. Su pasión por el baloncesto nació de influencias familiares y de admirar a grandes atletas boricuas, desarrollándose desde la infancia hasta la universidad.
Representar a Puerto Rico en competencias internacionales como el FIBA Centrobasket U17 Women’s Championships es una experiencia indescriptible que me llena de orgullo y emoción. Llevar la bandera de mi isla en este tipo de eventos ha sido un sueño hecho realidad. “En 2019, cumplí este anhelo por primera vez tras recibir la llamada del coach de Puerto Rico. Fue increíble ver a mi familia apoyándome desde lejos y sentir el ánimo de la gente. Este logro no sólo marcó mi desarrollo deportivo, sino que también me ayudó a crecer como persona”, nos cuenta.
Has sido reconocida como Academic All-Mac y CSC Academic All-District. ¿Cómo logras equilibrar tus estudios con el alto nivel de exigencia en el baloncesto universitario?
La clave del equilibrio ha sido la disciplina y el enfoque en mis metas. Reconozco que tanto el baloncesto como los estudios requieren sacrificio, pero siempre he priorizado mi preparación académica, consciente de que el deporte tiene un límite en el tiempo. Aprovecho cada instante libre para estudiar y cumplir con mis responsabilidades universitarias. Este esfuerzo me ha permitido completar un bachillerato en solo tres años y medio, además de una maestría en un año y medio, logros que me llenan de orgullo y me motivan a seguir adelante.
¿Cuál ha sido tu mejor partido universitario?
Mi mejor partido hasta ahora fue contra Michigan, un equipo clasificado número 14 a nivel nacional. Sabía que sería un reto enorme, especialmente desde mi posición, pero me enfoqué en hacer mi trabajo de la mejor manera posible, y lo logré. Este juego no sólo demostró nuestra capacidad como equipo, sino también mi compromiso para dar el máximo en cada oportunidad.

¿Cómo enfrentaste la recuperación tras una lesión que te dejó fuera de ocho juegos en 2021-22 y qué aprendizajes te dejó esta experiencia?
Fue un proceso difícil, lleno de tristeza y frustración, especialmente al ser mi último año de High School y con la universidad ya confirmada. A pesar del dolor, entendí que todo sucede por una razón y aproveché el tiempo para observar y aprender desde el banquillo. Me enfoqué en una recuperación disciplinada, tanto física como mentalmente, aprendiendo a tomar las cosas con calma y descansar adecuadamente.
¿Cómo fue el proceso para obtener una beca universitaria para baloncesto y qué sentiste al recibirla?
Fue un proceso increíble. Sabía que si me destacaba en High School, las universidades empezarían a notarme, y al final, 21 me ofrecieron una beca completa. Esto fue un gran honor. Elegir no fue fácil, ya que significaba estar lejos de mi familia, pero fue emocionante visitar las universidades, conocer gente nueva y sentirme el centro de atención. Mi primer año universitario fue difícil, especialmente por la pandemia, pero seguimos adelante. En mayo de 2025, obtengo mi maestría en Administración de Empresas, lista para lo que venga.

¿Qué rol ha jugado tu familia en tu desarrollo deportivo y cómo han apoyado tus metas académicas y atléticas?
Mis padres han hecho grandes sacrificios para que yo pudiera seguir mis sueños, desde llevarme a entrenamientos hasta comprarme equipos. Siempre estuvieron presentes, sin importar las condiciones, animándome en las gradas y viajando para verme jugar, incluso en lugares como Grecia.
Su apoyo ha sido fundamental tanto en mis victorias como en mis derrotas. Hoy en día, siguen siendo mis mayores fanáticos, y ahora se suma mi pequeño sobrino, quien también me apoya desde la distancia. Todos mis logros se los dedico a ellos.
Por Yanet KantAlma, El Kentubano (Edición 186, febrero 2025)
