Rostros locales: Edgar Martínez, la Fuerza Aérea en su mente

El Kentubano, exaltando, reconociendo, y aplaudiendo las buenas obras y a los líderes de nuestra comunidad

“Mi hijo era apenas un niño pequeño y me dio fuerzas para llegar a este país, atravesamos montañas, rutas peligrosas para llegar a Panamá, y el subía y bajaba como si nada pasara. Fue y es mi motor impulsor”, me cuenta Ayllindris Barroso sobre su hijo Edgar.

“Nosotros somos de Jaimanitas, en La Habana, llegamos a este gran país hace 7 años. Nuestros sueños fueron como el de todos los emigrantes. En febrero del 2016 salimos de Cuba hacia Ecuador y ahí comenzó nuestra travesía por varios países. Colombia fue impresionante ese mar que nos tapaba en esas canoas repletas de personas con ansias de llegar a este gran país”, añade Edgar.

Ayllindris, recuerdo que en esa etapa fue uno de los éxodos más grandes de emigrantes cubanos, venías con un niño pequeño, enfrentado miles de vicisitudes, ¿cierto?

Sí, tuve miedo a cada instante le pedía a Dios que no nos abandonara y de verdad que siempre estuvo con nosotros, pues hubo una gran tempestad y el mar se calmó, había un pantano y mi niño lo cruzó como si nada. Estuvimos en puerto en Panamá donde solo nos rodeaba agua y después Costa Rica donde conocimos personas maravillosas que llevamos en nuestros corazones. Fue duro.

Edgar, desde que llegaste a este país te has enfocado en estudiar alcanzando siempre buenos resultados. ¿cuéntame cómo ha sido?

Siempre pensé que debía honrar el sacrificio que hizo mi madre por darme un futuro mejor. Mi meta siempre ha sido que ella se sienta orgullosa de su hijo. Hoy me encuentro en la Air Force Junior Reserve Officer Training Corps (AFJROTC) que es el Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de Reserva Junior de la Fuerza Aérea y me encuentro estudiando en la High School de Jeffersonville, Indiana, dando los primeros pasos para entrar en la Fuerza Aérea cuando alcance la edad. No solo he tenido a mi familia que me ha apoyado en este proceso, sino que he tenido la suerte de contar con buenos maestros y guías, como el coronel y el sargento.

¿Qué te motivó a inclinarte por la vida militar?

El agradecimiento a este gran país que me abrió las puertas como emigrante y me dio la posibilidad de vivir con lo más preciado que tiene un hombre que es: la libertad.

Ayllindris, cuando ves todo lo que está logrando Edgar a pesar de ser apenas un adolescente, ¿Qué sientes?

Un orgullo muy grande, no me cabe en el pecho. Él siempre fue un niño de carácter, pero con buenos sentimientos, muy sociable cuando llegó a este gran país tuvo la oportunidad de ser lo que quería se inclinó hacia lo militar. Para Edgar este es su país, sabe que es cubano, se siente orgulloso de sus raíces, de donde vino, de la sangre que corre por sus venas, pero ama a los EEUU, esta es también su tierra. Este país le brinda la oportunidad a todos nuestros hijos que sean lo que quieran y luchen por sus sueños. Al principio fue difícil pues tenemos la barrera del inglés, pero nuestros hijos logran agarrarlo rápido. Todas las madres que hacemos inmensos sacrificios por nuestros hijos saben de lo que hablo. Suena triste llegar a un país donde no conoces nada y todo te resulta extraño, pero saber que tus hijos van a tener un mejor futuro te da las fuerzas para lograrlo. A todos los que han llegado quiero decirles: ¡si se puede! A nuestra comunidad latina les puedo decir que todos nuestros hijos son especiales y cada uno es un orgullo para nosotros: muéstrenle que si se puede. Cada escuela tiene diferentes programas donde les van orientando a nuestros hijos sobre lo que quieran ser en el futuro. La rama militar es inmensa y desde que el estudiante se inclina por ella es guiado en todos sentidos, les enseñan miles de valores y lealtad a esta nación.

Edgar, ¿qué consejo le darías a un joven como tú que recién llega a este país?

Que luchen por sus sueños, que caminen por la senda correcta porque este país tiene muchas oportunidades y que investiguen acerca de todos los programas que existen para lograr un mejor futuro.

Por Yany Díaz, El Kentubano (Edición 172, diciembre 2023)