Rostros locales: Yunior Morales Borrego, del sueño de un niño al coraje de un bombero

El Kentubano, exaltando, reconociendo, y aplaudiendo las buenas obras y a los líderes de nuestra comunidad.

Yunior Morales Borrego nació en la Villa Panamericana, Habana del Este, La Habana. Desde pequeño mostró un espíritu valiente y soñador, fascinado por los superhéroes y con el deseo de ayudar a los demás. A sus 3 años en Estados Unidos, tras una difícil travesía junto a su hermano, decidió convertir ese anhelo en realidad al dedicarse profesionalmente a ser bombero, combinando su valentía, disciplina y pasión por proteger a la comunidad.

Antes de ser bombero, trabajaste en otras áreas, ¿cómo crees que esas experiencias te prepararon para este reto?

Al llegar a Estados Unidos tuve muchos trabajos distintos. La mayoría no me gustaban, pero son parte del proceso para todo inmigrante. Trabajé en construcción, almacenes y haciendo entregas (delivery) hasta conseguir un puesto de entrenador personal y CrossFit coach en CrossFit Covalence. Estudié cultura física y fui entrenador personal en mi país, por lo que siempre me gustó y no me resultó difícil sobresalir en este trabajo. Estas experiencias me ayudaron a desarrollar disciplina, resistencia y constancia, fundamentales para ser bombero.

¿Cómo describirías el camino que te llevó hasta graduarte de bombero?

En Cuba pasé el servicio militar, practiqué deportes y artes marciales, pero nunca me enfrenté a un desafío tan grande como el camino a convertirme en bombero. El proceso de reclutamiento dura aproximadamente un año y el número de aplicantes varía entre 800 y 1000. Suelen contratar entre 20 y 35 reclutas, y se gradúan entre 15 y 30. A pesar de mis limitaciones como inmigrante y con sólo 2 años en el país, decidí prepararme y dar lo mejor de mí para obtener un puesto en la Academia de Bomberos de Louisville.

¿Cuál fue el mayor desafío que enfrentaste durante el proceso de admisión y la academia?

Fueron varios: exámenes escritos, pruebas físicas muy exigentes e entrevistas con oficiales del departamento. Además, tuve que aprender inglés en el proceso, ya que al inicio apenas sabía escribirlo. Todo esto hizo que tuviera que superar muchas dificultades solo, confiando en mi esfuerzo y preparación.

¿Qué significó para ti lograr graduarte de bombero?

Significó mucho. Hacer sentir orgullosos a mis amigos, familia y a mí mismo no tiene precio. Formar parte de un grupo tan prestigioso de héroes que arriesgan su vida para salvar a otros es indescriptible.

Lo que más me enorgullece es haber logrado tanto en tan poco tiempo. Pude demostrarme que soy más inteligente y fuerte de lo que creía, y que con esfuerzo y perseverancia se puede superar cualquier barrera, incluso siendo inmigrante.

Ahora que eres bombero, ¿qué metas te ilusiona alcanzar en esta carrera?

Cada meta es superior a la anterior. Quiero dar lo mejor de mí cada día, subir de rango para ayudar a futuras generaciones de bomberos y apoyar a mi familia. Este es sólo el comienzo; el mayor desafío está por venir y estaré listo para enfrentarlo.

¿Cómo esperas impactar a tu comunidad en tu rol como bombero?

Uno de mis objetivos es ser un ejemplo de superación y trabajo duro, especialmente para la comunidad latina que emigra a este país. Quiero demostrar que podemos aportar grandes cosas. Además, como bombero quiero salvar vidas, proteger a la comunidad y educar sobre cómo enfrentar incendios y otros peligros.

Si pudieras dar un consejo a alguien que sueña con seguir tus pasos, ¿cuál sería?

Nunca te des por vencido. Si luchas puedes perder, pero si no luchas, estás perdido. Somos dueños de nuestro destino y lo más difícil en la vida suele ser lo más hermoso. Con esfuerzo y sacrificio todo es posible. No importa de dónde vienes o tu situación; cae si es necesario, pero levántate siempre. Recuerda que Dios tiene un plan para todos nosotros, pero depende de nosotros llevarlo a cabo. 

Por Yanet KantAlma, El Kentubano (Edición 194, octubre 2025)