Caravana de migrantes se fractura en el sur de México
La caravana de más de 5.000 migrantes que esta semana salió de Tapachula, en la frontera con Guatemala, se fracturó el jueves después de recorrer unos 50 kilómetros, con un grupo que sigue caminando hacia el norte, otro formado sobre todo por mujeres y niños que quedaron rezagados y cientos que intentan conseguir algún documento temporal que les permita moverse sin peligro de ser detenidos.
Según explicó Luis García Villagrán, activista del Centro de Dignificación Humana, que acompaña la caravana, las autoridades están expidiendo documentos que dan a las personas entre 30 y 180 días para salir del país por alguna de las fronteras o para iniciar los trámites de regularización, por ejemplo, pidiendo refugio.
El activista agregó que quienes consiguen esos documentos -que son sólo una especie de registro- suelen apartarse del grupo y seguir por su cuenta el camino hacia el norte ya que, en teoría, con ese papel no deberían ser detenidos.
La caravana, la más grande formada este año, está integrada en su mayoría por venezolanos, pero también por centroamericanos y caribeños.
Salieron de Tapachula el lunes en protesta por la lentitud de los trámites para poder migrar de forma regular pero también para llamar la atención de los líderes del continente que esta semana se reúnen en Los Ángeles en la Cumbre de las Américas para hablar, entre otros temas, de migración.
Más de 2.000 personas seguían avanzando hacia el norte ante la atenta mirada de las fuerzas de seguridad.
En los últimos meses las autoridades mexicanas optaron por desactivar otras caravanas ofreciendo a los migrantes autobuses y la posibilidad de regularizar su situación en otros estados.
Frente a las instalaciones de Migración, situadas en plena carretera, una pareja de venezolanos, Josué Mendoza Rojas y Josmar de Nazaret Cárdenas, intentaba decidir qué hacer, si esperar en la Aduana o alcanzar a la caravana hasta el siguiente poblado.
“Está todo congestionado”, explicó Mendoza mostrando la confusión que se vivía y cómo los propios migrantes estaban intentando organizarse haciendo listados por su cuenta. “Hay muchas listas, tienen como 40 listas y algunas gentes se están yendo así sin el papel, dicen que van a seguir la marcha”, indicó. “Todavía no sabemos qué hacer”.
La pareja con su bebé de un año salió hace dos meses de Venezuela. En Tapachula, donde pasaron un mes, pidieron asilo, pero les dieron cita para agosto y ante la falta de recursos para esperar decidieron sumarse a la caravana.
En Panamá las autoridades de seguridad informaron el jueves que rescataron en costas de la comarca indígena de Guna Yala, en el Caribe, a 92 migrantes, entre venezolanos y ecuatorianos, que buscaban llegar a tierra firme para seguir su tránsito hacia Norteamérica. Es una ruta alterna para evitar el cruce a pie por la jungla del Darién, en la frontera con Colombia, donde este año murieron al menos ocho personas.
Los migrantes, incluidos 12 menores de edad eran trasladados en cinco embarcaciones operadas por ocho colombianos, quienes fueron detenidos, dijo el Servicio Nacional de Fronteras de Panamá que agregó que desde enero ingresaron irregularmente a Panamá 38.080 migrantes, la mitad venezolanos.
El año pasado México batió récords al recibir más de 130.000 solicitudes de asilo, el triple que en 2020 cuando apenas superaron las 40.000, por lo que la oficina que las gestiona está desbordada.
En lo que va de 2022, según cifras oficiales, ya se han recibido casi 50.000 solicitudes, un 20% más que el mismo periodo del año pasado.
FUENTE: Con información de AP