¿Quiénes son los rivales de Trump para 2024?

El candidato alternativo con más fuerza es hoy Ron DeSantis. Pero las encuestas muestran que hay otros nombres.

Donald Trump ha anunciado su candidatura para liderar al Partido Republicano en las elecciones presidenciales de 2024. El anuncio no ha sorprendido a nadie. Todos los que conocen su personalidad lo podían haber predicho. Él mismo ha ido dejando ver que su intención era la de repetir en una tercera apuesta por la presidencia. Cuando intervino en el martes de las elecciones diciendo que una semana más tarde haría “un importante anuncio”, sabía que estaba adelantando su decisión.

El objetivo de dejar claro el 8 de noviembre sus intenciones era elevarse sobre los extraordinarios resultados electorales que se esperaba que tendrían los republicanos. En realidad, no necesitaba hacerlo para que todo el mundo le mirara a él. El 92% de los candidatos que apoyó en las primarias fueron elegidos en las primarias. Su influencia en el Partido Republicano no tiene rival. Estas elecciones eran suyas más que de ninguna otra persona, dentro del Partido Republicano.

Donald Trump en las elecciones

Pero los resultados no han sido los esperados. El Partido Demócrata mantiene el control del Senado, y podría incluso ampliarla si Raphael Warnock vence a Herschel Walker el 6 de diciembre en Georgia. Por otro lado, ha recuperado tres gobernadores. Uno de esos estados que estaban en manos republicanas y que han cambiado de signo político es el de Arizona, donde su candidata, Kari Lake, ha perdido en una ajustada y contestada elección.

En su mensaje de anuncio de su candidatura, presume de que es uno de sus candidatos, Kevin Kiley, quien ha obtenido la victoria 218 que le otorga la mayoría en la Cámara de Representantes a su partido. Pero el único mérito de Kiley al respecto es haber ganado una elección cuyo recuento se ha demorado más que otros.

De hecho, si se observa elección por elección, los candidatos propuestos por Donald Trump no han obtenido unos buenos resultados. The Washington Post (ciertamente no es un periódico que simpatice con Donald Trump) hace el siguiente cálculo, basándose en los datos recabados por The Cook Political Report:

En estos 114 distritos, los candidatos que contaban con el respaldo de Trump obtuvieron un rendimiento inferior al de su línea de base por la friolera de cinco puntos, mientras que los republicanos que no contaban con la bendición de Trump obtuvieron un rendimiento superior al de su línea de base por 2,2 puntos, una diferencia notable de más de siete puntos.

Que los resultados decepcionantes no se deben tanto a la marca republicana lo podemos pensar teniendo en cuenta que según The Cook Political Report, el GOP aventaja al Partido Demócrata en 6,1 puntos; el doble de lo que decían las encuestas.

Los resultados no le favorecen

Teniendo todo ello en cuenta, y a la vista de que él se colocó en el centro del escenario de las elecciones de mitad de mandato, los resultados han perjudicado la candidatura que acaba de anunciar.

No es el último de los motivos que esos resultados, que no han sido del todo buenos para el Partido Republicano, han sido extraordinarios para algunos de los candidatos que pueden disputarle el privilegio de optar a la presidencia dentro de dos años. Uno de ellos, claro está, es Ron DeSantis.

Ron DeSantis

Ron DeSantis le ha sacado casi 20 puntos de ventaja al candidato demócrata a gobernador de Florida, Charlie Crist. Y lo ha hecho en un estado bisagra, de los que dan o quitan la presidencia. Como dijo DeSantis el día de su victoria electoral, “hemos cambiado el mapa político” de los Estados Unidos. Convertir un estado púrpura en un estado rojo es un logro que sus compañeros de partido tienen en cuenta.

A ello se suma que Ron DeSantis ha aumentado el apoyo en el electorado al que mira todo el mundo: los hispanos. Por un lado, son la minoría llamada a ser mayoritaria en América. Por otro, el apoyo a los demócratas se ha reducido a la mitad en los últimos diez años, y se espera que esa tendencia se mantenga en los próximos años. Las dos noticias apuntan al futuro del Partido Republicano.

Ron DeSantis ha destacado por tres aspectos de su gestión. Por un lado, es el gobernador que más ha destacado por su lucha contra la ideología woke. No siempre ha sido consistente con el conservadurismo en esa lucha: ha llegado a amenazar la autonomía de las empresas privadas. Una parte de sus políticas, de hecho, ha sido detenida por los tribunales.

El segundo eje de su acción política ha sido la apuesta por la libertad cuando la pandemia se convirtió en el argumento favorito para alguna de las medidas que más la han cercenado: confinamientos, mascarillas obligatorias y cierres de colegios, entre otras. Y el tercer aspecto, y definitivo, ha sido su liderazgo durante el azote del huracán Ian.

DeSantis es el principal rival de Donald Trump, pero no el único. El mismo caso de Trump demuestra que no hay candidatos definitivos, y que quienes parten como claros favoritos pueden encallar en el camino a la convención republicana. En 2016 se daba por segura la candidatura de Jeb Bush, y fue Trump precisamente quien la arruinó.

Mike Pence

Otro de los candidatos republicanos es el hombre que ha acompañado a Trump durante su presidencia: Mike Pence. Pence fue gobernador de Indiana. Pence es un conservador en el plano económico y en el moral, y eso le sirvió a Donald Trump a ganarse el apoyo del Partido Republicano; hacía de contrapeso de un candidato con mucha personalidad y poca ideología.

Los dos chocaron en un momento crucial: la votación del Colegio Electoral que daría la presidencia a Joe Biden. Mientras Donald Trump arengaba a las masas contra una elección que consideraba ilegítima, Pence defendió el funcionamiento normal de las instituciones. No parece un argumento suficiente para convertirle en el candidato, pero sigue apareciendo en las encuestas.

Abbott, Rubio, Haley…

Otro de los posibles candidatos es el gobernador de Texas. Greg Abbott tiene varias cualidades que son necesarias en un buen presidente. Tiene unos principios sólidos, que combina con la audacia. Él fue el primero en enviar inmigrantes ilegales a localidades gobernadas por políticos demócratas.

Hay otros candidatos que suenan con fuerza. A alguno ya los conocemos de otras primarias presidenciales, como es el caso de Marco Rubio, que ha revalidado su cargo de senador por Florida con brillantez. Otros senadores con opciones de presentarse son Ted Cruz (Texas) y Rick Scott, el otro senador por Florida. Mike Pompeo ha dejado caer que tiene intención de presentarse, pero no lo ha anunciado oficialmente.

A esta lista se pueden sumar otros dos nombres. Nikki Haley, diplomática y ex gobernadora de Carolina del Sur, tiene todas las opciones de hacer una buena candidatura. Kari Lake ha perdido frente a la rival demócrata (y responsable del conteo de votos), Katie Hobbs. A pesar de ello, Lake ha demostrado ser una líder eficaz, y suena con fuerza para 2024. Pero no como rival de Donald Trump, sino como su acompañante en el ticket republicano a las elecciones presidenciales.

Fuente: Por José Carlos Rodríguez, voz.us

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