Rostros locales: Daniel Bension, vocación, retos y éxitos en la veterinaria

El Kentubano, exaltando, reconociendo, y aplaudiendo las buenas obras y a los líderes de nuestra comunidad

Daniel Nicolás Bension nació en St. Petersburg, Florida, pero creció en Louisville, Kentucky, donde su familia se mudó en 1965 en busca de nuevas oportunidades. Desde temprana edad, vivió rodeado del calor familiar y los valores transmitidos por su madre y abuelos maternos, quienes trajeron consigo las profundas raíces cubanas que marcarían su carácter y vocación.

Esa mezcla cultural, llena de esfuerzo, resiliencia y pasión, lo formó como un hombre dedicado al trabajo y comprometido con todo lo que emprende, guiándolo finalmente hacia su carrera como veterinario.

¿Qué te llevó a elegir la carrera de veterinaria y cómo fue el proceso hasta tener tu propio hospital?

Desde joven sentí pasión por la ciencia y los animales, lo que me llevó a estudiar veterinaria. Después de graduarme, trabajé en varias clínicas por cinco años antes de comprar mi propio hospital. Fue un desafío aprender tanto la medicina veterinaria como la gestión de un negocio, pero con el apoyo de mi esposa, he podido enfocarme en lo que más amo: cuidar a los animales. Lo que más disfruto de mi trabajo es que cada día es diferente, siempre hay algo nuevo, y me satisface ver a los animales y sus dueños, muchos de los cuales se han convertido en amigos de años.

En tu experiencia como veterinario, ¿has vivido algún caso que te haya marcado profundamente, y qué aprendizajes te ha dejado sobre el trato con las mascotas y sus dueños?

Uno de los casos que más me marcó fue el de Fonzi, un perrito pequeño de pelo largo y negro que necesitó tres cirugías y estuvo internado dos semanas. Llegó un punto en el que nada funcionaba y parecía que lo perderíamos, pero de pronto empezó a comer y a levantarse. Fue una lección de humildad que me recordó que, aunque lo des todo, hay cosas que no están en tus manos. También he aprendido que muchos dueños, por pena o miedo, no cuentan toda la verdad sobre lo que ha pasado con sus mascotas—por ejemplo, si se comieron algún medicamento. Eso puede dificultar el tratamiento. Siempre les digo que la honestidad es clave, porque nuestro único objetivo es ayudar a los animales.

¿Dónde se encuentra tu clínica veterinaria, cómo pueden contactarte y qué tipo de servicios ofrecen?

Nuestra clínica, Salt River Animal Hospital, está ubicada en Taylorsville, Kentucky. Nos pueden contactar al (502)-477 2966, por correo electrónico a saltriveranimalhospital@gmail.com o visitar nuestro sitio web saltriveranimalhospital.com. Ofrecemos servicios completos para varias especies, incluyendo diagnósticos avanzados como análisis de sangre, radiología digital, ultrasonido, odontología y una amplia gama de cirugías. También contamos con hospitalización para medicina interna y terapias alternativas como láser y acupuntura, esta última la practico desde 2011 tras certificarme, y ha sido especialmente útil en casos de dolor o cuando no se pueden usar ciertos medicamentos.

¿Cuáles son tus metas y proyectos para el futuro de la clínica?

Después de más de 22 años sirviendo a la comunidad de Taylorsville, nuestro compromiso sigue creciendo. Queremos seguir retribuyendo, apoyando a las escuelas locales con becas para estudiantes interesados en la veterinaria y fondos para sus maestros. También organizamos visitas educativas a nuestra clínica para estudiantes de secundaria, y ofrecemos descuentos mensuales en esterilización y vacunas para gatos.

Más recientemente, lanzamos el primer programa de “Blessings in a Backpack” en Taylorsville, que busca alimentar a más de 600 niños que dependen de las comidas escolares y no tienen qué comer los fines de semana. Nuestra meta es seguir ayudando y marcando una diferencia real; tanto dentro, como fuera de la clínica.

Por Yanet KantAlma, El Kentubano (Edición 189, mayo 2025)