El 1 de enero de 1959 el castrismo tronchó el paso de Cuba al Primer Mundo

Al sonar la campanada número 12 en esta medianoche Cuba cumplirá 65 años de haber sido “liberada del imperialismo” por Fidel y Raúl Castro y un argentino trotskista ducho en materia de totalitarismo comunista.

No ha habido jamás peor dictadura familiar o personal, ni tan larga, en el mundo occidental. La que más se acerca es la de los Somoza en Nicaragua, de 42 años (1937-1979), y la de Envers Hoxa, en Albania, de 41 años.

La evaluación de un Gobierno se realiza según los resultados, y no por las promesas que hace. Brota entonces la pregunta: ¿viven hoy los cubanos mejor que antes del primero de enero de 1959?

Bueno, la interrogante ya por sí sola ofende. Excluyendo a Haití, Cuba es hoy el país más atrasado de América, con un 98% de sus habitantes en la pobreza, según los parámetros del Banco Mundial.

En este aniversario 65 de la pesadilla castrista no haré un inventario del cataclismo social ocurrido, sino que examinaremos el tema en dos aspectos: 1) lo que perdieron los cubanos al ser “liberados”; y 2) cómo podría ser hoy Cuba si fuese un país normal, sin “revolución”.

Bueno, aclaro, más bien cómo sería sin la presencia de Fidel Castro, porque a mi modo de ver, sin él no habría habido comunismo en un país cuyo pueblo era posiblemente el más anticomunista de América Latina. Fui testigo de aquello. Recuerdo en mis tiempos de bachillerato, a fines de los años 50, que decirle comunista a alguien era casi insultarlo.

Foto: nostalgiacuba.com

Sin un “elegido” con la capacidad del Destructor en Jefe para hipnotizar a las masas (como Hitler y Mussolini) con su histriónica oratoria, nunca la rebelión contra la dictadura de Batista habría devenido comunismo. El inepto Raúl Castro, o Juan Almeida, Ramiro Valdés, Machado Ventura, o ningún otro comandante “histórico”, y mucho menos Blas Roca, o Juan Marinello, habrían podido embaucar tan exitosamente al grueso de la población cubana, ni inventar mitos fabulosos sobre la “revolución cubana”.

Cuba vivía un boom económico que la llevaba al Primer Mundo

Al irse Batista del país Cuba vivía el mayor “boom” económico de su historia, que ya duraba diez años consecutivos (1948-1958). Era un país de “ingreso medio alto” (como dicen hoy), e iba un poquito más allá y estaba en la antesala para continuar hacia lo que hoy llamamos Primer Mundo. Es más, podría decirse que en algunos aspectos ya el país era parte de él.

Por ejemplo, en 1958 Cuba duplicaba el ingreso personal de España, igualaba al de Italia, y superaba al de otras naciones de Europa. Era el octavo país del mundo con los más altos salarios industriales, con 6,00 dólares por jornada de ocho horas. Unos 1.306 dólares mensuales de hoy (2023), comparado con los 40 dólares que ganan ahora sus hijos y nietos en la Isla. Esos sueldos solo eran superados por EEUU (16,80 la hora), Canadá (11,73), Suecia (8,10), Suiza (8,00), Nueva Zelanda (6,72), Dinamarca (6,46) y Noruega (6,10).

También era el séptimo país del mundo con mayores salarios agrícolas, con 3,00 dólares diarios, detrás de Canadá (7,18 dólares), Nueva Zelanda (6,72), Australia (6,61), EEUU (6,80), Suecia (5,47), y Noruega (4,38). Los obreros agrícolas cubanos ganaban como promedio 65 dólares mensuales, 653 dólares de hoy. Son todas estas cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En automóviles por habitantes Cuba era el sexto país del mundo, solo superado por EEUU, Canadá, Gran Bretaña, Venezuela y Alemania Occidental. Había 156.000 automóviles, el doble de Colombia y Perú, el triple de Chile y 30 veces más que Ecuador. Un automóvil Ford sencillo del año costaba 1.967 dólares, según la Dirección General de Impuestos.

Bodega cubana antes de 1959. Fuente: cubacute.com

Era el octavo país del planeta en radiorreceptores per cápita, con un millón de aparatos. Fue la segunda nación del mundo (tras EEUU) en tener una red nacional de televisión. Era líder en América Latina en periódicos, revistas y aparatos de TV per cápita.

Ocupaba el primer lugar latinoamericano en líneas férreas por kilómetro cuadrado. Era el mayor exportador de alimentos de América Latina en proporción al tamaño de su población. Exportaba más mercancías que las que importaba. Tenía una de las tres economías latinoamericanas más solventes por sus reservas de oro y la estabilidad de su moneda, a la par con el dólar.

Más camas de hospital, menos mortalidad infantil y analfabetos

En materia de salud pública en 1958 Cuba tenía más camas de hospital por habitante que los países industrializados, con 35.000 camas de hospital, una por cada 190 habitantes. El promedio en el Primer Mundo era de una cama por cada 200 habitantes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Ocupaba el lugar número 22 en el mundo en médicos por habitantes con 128,6 galenos por cada 100.000 cubanos, y un médico por cada 980 habitantes, solo detrás de Argentina y Uruguay en Latinoamérica, con 760 y 860 habitantes, respectivamente.

La tasa cubana de mortalidad infantil era de inferior a la de varios países desarrollados. Registraba 33 niños fallecidos por cada 1.000 nacidos vivos, índice muy inferior al de Italia (50 niños por cada 1.000); Japón, (40 por 1.000) Francia (34 por 1.000) y al de muchos otros países industrializados. Y por supuesto, era la tasa más baja de Latinoamérica.

En 1956 Cuba había sido reconocida por la ONU como uno de los países con menos iletrados a nivel mundial, con solo un 23% de analfabetismo. En España, el porcentaje era de un 50%, el doble.

En el ámbito productivo, en 1958 la Isla se autoabastecía de carne de res, cerdo, pollo, pescados y mariscos, leche, huevos, viandas, hortalizas, frutas tropicales, café, tabaco. Y exportaba los excedentes. Había 6,6 millones de cabezas de bovinos, una por cada habitante.

El consumo de carne de res era uno de los más altos del mundo y el tercero más alto de Latinoamérica, tras Uruguay y Argentina. El promedio anual de consumo cubano de carne vacuna en 1958 fue de 81 libras por persona, o 6,7 libras mensuales. Y se produjeron 960 millones de litros de leche, casi medio litro diario per cápita, según el Statistical Year Book de la ONU y el antiguo Ministerio de Hacienda de Cuba.

Otra cosa que acercaba a Cuba al Primer Mundo era que los precios en la Isla y en EEUU eran muy similares. En la práctica Cuba estaba como dolarizada, pues el dólar y el peso estaban a la par, 1×1. En ambos países en 1958 un litro de leche costaba 0,20 centavos, y una Coca-Cola, 0,05 centavos. Y por dos pesos-dólares se entraba al Yankee Stadium a disfrutar un partido de los Yankees de Nueva York contra los Red Sox de Boston, y disfrutar de los batazos de Mickey Mantle, Yogi Berra y Ted Williams. Viajar en el ferry de La Habana a Miami costaba 42 pesos- dólares.

Desde 1948 fueron erigidas muchas grandes fábricas de distintas ramas industriales, de extracción de níquel, refinerías de petróleo, viviendas, teatros, cines, restaurantes, puentes, autopistas, incluyendo las del Circuito Norte, Circuito Sur, la autopista Monumental, la Vía Blanca, la Vía Mulata y la Autopista del Mediodía, entre otras; así como hospitales y clínicas.

Avenida 23 antes de 1959 (Foto: archivo / CNN) cubanet.org

La Habana tenía más salas de cine que Nueva York y París

Y ahora suelto el dato más sorprendente y menos conocido. En 1955 había en La Habana más salas de cine que en Nueva York y París juntos. La capital cubana tenía en ese entonces 147 salas de cine. Así lo publicó en 2018 la fotógrafa e investigadora italiana Carolina Sandretto, quien estuvo en Cuba documentando las 398 salas de cine que había en la Isla, cifra muy inferior a las 600 salas de cine que ella averiguó había en los años 50.

También en La Habana se construyó el túnel bajo la bahía habanera y dos túneles por debajo del río Almendares; los soberbios y modernos edificios públicos de la Plaza Cívica, y la Ciudad Deportiva con su Coliseo.

Además, la capital cubana en los años 50 era ya un centro financiero de envergadura internacional, con 62 diferentes bancos comerciales, de inversión, de ahorro e hipotecarios, extranjeros y cubanos, con unas 330 oficinas en la Isla, un récord para la época de un país pequeño. Yo trabajé en The Royal Bank of Canada en La Habana, por entonces uno de los diez mayores bancos del mundo.

Ah, y muy importante, aquel auge económico era protagonizado ante todo por capitalistas cubanos, no por extranjeros como afirma la propaganda castrista. En el próximo artículo los invito a soñar cómo pudiera ser Cuba hoy si no hubiese sido “liberada del capitalismo”.

Por Roberto Alvarez Quiñones, diariodecuba.com

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