Rostros locales: Campeón de ajedrez en Kentucky

Ser buen deportista y una buena persona, es una meta a lograr

El Kentubano, exaltando, reconociendo, y aplaudiendo las buenas obras y a los líderes de nuestra comunidad

Responsabilidad, tolerancia, ética, humildad, son actitudes que caracterizan a este tunero que llegó a Louisville en 2022, junto a su esposa, cuando celebrábamos el día de Acción de Gracias.

¿Tienes que empezar a jugar ajedrez desde muy joven para ser bueno?

Es bueno, pero no es algo que sea totalmente necesario para lograr ser un buen jugador. Existen dos campeones del Mundo que empezaron a jugar el ajedrez a los 12 años.

Yo empecé con 11 años, podía estar horas y horas jugando y olvidar el tiempo por completo; ya al año siguiente logré entrar en una escuela de alto rendimiento. Más adelante pasé por la EIDE y luego por la ESPA. Tuve la dicha de ser entrenado en mis comienzos por la mejor maestra de ajedrez en Las Tunas (Margarita Pueyo). Ella es alguien que enseña con mucha pasión y creo que inculcó eso en mí.

¿Cuáles ajedrecistas admiras y/o te influenciaron?

Tengo varios ajedrecistas que admiro, entre ellos Lázaro Bruzón y Leinier Domínguez, quienes fueron por mucho tiempo los mejores ajedrecistas de Cuba; pero también a varios entrenadores que me aportaron mucho durante mi estancia en las escuelas de alto rendimiento (Michel Machado, Liuber Góngora, Humberto Pecorelli, sólo por mencionar a algunos).

¿Qué título posees?

Soy Maestro Nacional, logrado aquí en EEUU cuando sobrepasé los 2200 ELO nacional de los EEUU. Actualmente poseo un ELO de 2345.

¿Cómo haces tu entrenamiento?

Hace mucho tiempo no entreno lo suficiente, lo ideal sería entrenar un mínimo de 2 horas diarias. Los últimos años en Cuba se hacía difícil entrenar y mantener una casa, por lo que tenía dos trabajos y sólo jugaba para mantenerme en forma. Aquí, aún no tengo el tiempo suficiente. Sólo entreno algunos días y juego mucho por chess.com para mantener la forma ajedrecística.

¿Te consideras un jugador ofensivo o defensivo?

Mi estilo de juego se basa en jugar posiciones confusas y complicadas donde ambos jugadores podemos tener posibilidades de victoria, por lo que se puede decir que es más ofensivo. Me gusta arriesgar mucho, buscando obtener la victoria.

Normalmente sigo las reglas en posiciones que conozco muy bien, pero dependiendo de mi rival puedo improvisar, para sacarlos de su zona de confort y jugar algo que sea nuevo para ambos.

¿Recuerdas alguna partida en la que te hayas sentido orgulloso por derrotar a tu oponente?

Recuerdo una partida que jugué en un torneo de Villa Clara donde había perdido la Dama y estaba casi derrotado, pero logré complicar un poco la posición y terminé ganando la partida por tiempo.

¿Cómo te insertaste dentro del ajedrez en EEUU?

Antes de salir de Cuba ya sabía que venía para Kentucky, por lo que busqué información. Ya estando aquí contacté por correo al americano Daro Mott, un organizador de torneos que, gracias a Dios, habla español. Me respondió casi al instante y me llamó para insertarme lo más rápido posible. A él le debo mucho de lo que he logrado, y lo tengo como un gran amigo.

Háblanos sobre el recién campeonato en el que resultaste campeón.

El campeonato de Kentucky fue realmente fantástico. No sabía exactamente qué tipo de torneo era, pues había jugado varias competencias antes. Realmente estaba jugando porque me gusta el ajedrez. De hecho, en la final estaba muy inferior, pero gracias a Dios, mi rival se equivocó y logré alcanzar la victoria. Después de ganar, fue que supe que estaba jugando el Campeonato de Kentucky.

Tengo varias metas por cumplir, y una de ellas es lograr empezar a obtener títulos en el ajedrez. Además quisiera poder compartir mis conocimientos a otros, por lo que estoy estudiando el idioma para enseñar también a aquellos que hablan inglés.

Para ti, ¿quién es el actual mejor ajedrecista del mundo?

Actualmente es Magnus Carlsen, realmente lo que hace está fuera de lo normal. Ha batido todos los récords y lleva años siendo el uno en el ranking. Es sorprendente lo que ha hecho, y lo que sigue haciendo.

Por Yanet KantAlma, El Kentubano (Edición 176, abril 2024)