Rostros locales: Néstor Veliz, la medicina, un compromiso para toda la vida

Exaltando, reconociendo, y aplaudiendo las buenas obras y a los líderes de nuestra comunidad

Néstor Veliz Tamayo es un claro ejemplo de que cuando se escoge la carrera de Medicina, más que una profesión, se adquiere un compromiso para toda la vida. La vocación por salvar vidas se adentra en el ADN de quien la elige y se transporta por todo el torrente sanguíneo hasta el corazón. Si, por que doctores como mi entrevistado, pueden sentir esa “pasión” hasta la última fibra de su ser.

Natural de la Isla de Pinos, rebautizada luego como Isla de la Juventud, el Doctor Veliz, es especialista en Genética Clínica, y tras una exitosa carrera llegó hace más de una década a los EEUU.

“En el año 2013, mi esposo y yo, como muchos otros médicos cubanos nos encontrábamos formando parte de una misión médica, en este caso en Venezuela. Aunque sabíamos que la decisión de venir implicaría múltiples desafíos que enfrentar y sacrificios que asumir, también estábamos seguros de que era la mejor de nuestras opciones. Llegamos a este extraordinario país como parte de un programa gubernamental llamado Cuban Medical Professional Parole. Los inicios por lo general son duros, el nuestro no fue diferente. Aunque estuvo saturado de retos, siempre hubo algo que nos mantuvo fuertes, por primera vez éramos libres de decidir como seria nuestro mañana, como viviríamos nuestro futuro. Decidimos que no solo aprenderíamos el idioma, sino también que absorberíamos todo lo positivo que este país y su gente nos ofrecía. Incontables horas de trabajo y estudio.

¿Qué ha sido lo más difícil al dejar Cuba atrás?

Al venir a los EEUU, dejaba atrás a mi hijo, mis padres y hermanos y una sólida carrera profesional. Había invertido muchos años de mi vida en formación profesional, y a la fecha ya tenía alrededor de 15 años de trabajo como especialista en Genética clínica. Sin embargo, dejar a mis padres y mi hijo atrás fue una decisión difícil y aún más aterradora, sí tenía en cuenta que el gobierno cubano no me dejaría regresar. Durante este viaje hemos enfrentados situaciones extremadamente dolorosas, como el hecho de haber perdido a mis padres y solo poder decirles adiós desde la distancia, pero también me ha traído momentos de felicidad inmensa.

¿Cuándo decidiste retomar tu carrera?

Nuestra idea al venir a los EEUU siempre fue la de tener un mejor futuro, no solo para nosotros sino también para el resto de nuestras familias. La opción inicial fue obtener mi licencia médica en los EEUU, elección que requería obtener documentos de Cuba. Dificultades obteniendo la documentación requerida y la edad con la cual arribé a este país conspiraban en mi contra. Sin embargo, esta adversidad no sería suficiente para dejar mis sueños atrás. A mediados del año 2018 me enrolé en un programa acelerado de asociado en enfermería y pasado 11 meses ya contaba con un título universitario en los EEUU. Pero este era solo el comienzo. Sin perder ni un solo momento me matriculé en un programa acelerado, que me permitía obtener el Bachelor en ciencias de la enfermería y a su vez un máster. Fueron años de esfuerzo y dedicación, pero sin dudas valió la pena tanto sacrificio. Actualmente trabajo como Pediatrics Nurse Practitioner para Norton Children’s Medical Group. Realmente me siento privilegiado, como pediatra puedo contribuir con la salud y el bienestar de los más pequeños de la casa, y además aconsejar al resto de la familia y prepararlos para que tomen las mejores decisiones en cuanto a la salud de sus hijos.

¿Quién te ha apoyado en todo el proceso?

Puedo decir que tengo la suerte de contar con excelentes amigos con los cuales he compartido muchos años de estudio y de alguna manera nos hemos ayudado mutuamente. Pero sin lugar a duda, mi familia y en especial mi esposo han sido mis rocas. El apoyo incondicional de mi esposo ha sido crucial en cada una de las etapas y decisiones que he tomado durante todos estos años. Mi esposo y yo compartimos el amor por la medicina, de hecho, actualmente él se encuentra terminando la residencia médica en Medicina Familiar en la Universidad de Louisville. 

Creo que uno de los sueños más grandes en que un hijo siga los pasos de un padre. ¿Cómo has vivido esta etapa?    

Mi hijo llegó a este país con 15 años, igual que nosotros, con una maleta cargada de sueños y anhelos. Retos tuvo muchísimos, pero su perseverancia venció. La decisión de estudiar medicina fue muy particular de él. Sin embargo, no puedo negar que me llenó de felicidad saber que él también estaba dispuesto a entregarse a esta noble carrera.

A pesar de que le tocó a su esposo y a usted iniciar un proceso de superación profesional en este país, están abiertos a ayudar a otros profesionales orientándolos en un nuevo comienzo

La vida con sus altas y bajas, y su manera intrincada de contar las cosas me ha enseñado a que siempre que pueda a ayudar a alguien, lo hago sin la menor dudas. Por cada puerta que se me cerró en un momento, hubo muchas otras que se abrieron. Ayudar a otros, que como nosotros tienen deseos de superarse y progresar en la vida, nos produce una inmensa satisfacción. Es, además, nuestra manera de darle las gracias a todos aquellos que en un momento nos tendieron las manos desinteresadamente. Y por supuesto, una oportunidad única de ayudar a nuestra comunidad latina.

Por Yany Díaz, El Kentubano (edición 166, mayo 2023)

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