Casi la mitad de los cubanos han visto fracasar sus negocios por cuenta propia

Más de 407.608 cubanos habían visto fracasar sus negocios por cuenta propia hasta el cierre de noviembre pasado, informó el diario oficial Granma.

Los datos, del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), toman como punto de partida 2010. La cifra de los que actualmente ejercen esa modalidad de empleo no es mucho mayor, unos 444.109.

Pese a que el fracaso implica para muchos trabajadores desempleo, deudas y perdida de ahorros, el diario del Partido Comunista se congratula de que “el panorama económico y social cubano ha ganado diversidad y dinamismo”, mientras el Estado se ha librado “de un numeroso grupo de prestaciones menores, que representaban una considerable carga económica” y ha mejorado sus ingresos gracias a los impuestos.

La ampliación de las actividades autorizadas para el trabajo por cuenta propia —en su mayoría del sector de los servicios— es la solución que encontró el Gobierno como salida para los centenares de miles de empleados estatales que serían despedidos como parte de las reformas económicas de Raúl Castro.

Según Granma, La Habana, Matanzas, Villa Clara, Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba agrupan actualmente el 65% del total de los cuentapropistas.

‘Mejoría económica’ vs. quiebra

En su reporte, el diario oficial recoge algunas quejas de cuentapropistas por los problemas para adquirir los insumos que necesitan para sus negocios, los altos precios de las tiendas en divisas del Gobierno y la inexistencia de un mercado mayorista, pero pasa de puntillas por la situación de quienes han quebrado.

En este sentido, se limita a recoger casos de cubanos que han iniciado nuevos negocios tras fracasar en el primero y resalta la “mejoría económica” que ha registrado la vida de los trabajadores no estatales.

En cuanto a los inspectores, acusados con frecuencia de exigir sobornos y abusar de los cuentapropistas, el diario oficial solo dice que “no siempre actúan con la suficiente profesionalidad, pues algunos muestran baja preparación a la hora de solicitar la documentación requerida y en el conocimiento del contenido de la patente”.

Las mujeres, en desventaja

Paralelamente a la ampliación del cuentapropismo, la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), único sindicato legal en la Isla y que responde a los intereses del Gobierno, ha desarrollado una campaña para llevar a sus filas a los trabajadores no estatales.

Según Rodolfo Jiménez Polanco, funcionario de la CTC, hasta octubre pasado la organización había logrado poner bajo su control a 257.639 cuentapropistas.

“Tenemos insatisfacciones en cuanto a lograr un mayor número de afiliados”, dijo Jiménez Polanco. “No en todos los territorios se ha realizado eficazmente el trabajo de argumentación sobre la importancia de estos en el sindicato”. Reconoció que muchos trabajadores “consideran que debe ser más convincente la actuación del sindicato en la solución de sus problemas”.

El reporte llamó la atención sobre la situación de las mujeres, que representan un 26% de los trabajadores por cuenta propia, aunque la mayoría de ellas son parte de los empleados contratados por dueños de negocios privados.

Graciela González, doctora en Ciencias Sociológicas y profesora del Departamento de Sociología de la Universidad de La Habana, se refirió a una tendencia a no exigir en estos nuevos puestos de trabajo las mismas condiciones laborales que en el sector estatal en materia de protección, higiene, garantías como las vacaciones remuneradas o la posibilidad de superación.

En el caso específico de la mujer, explicó, muchas están en desventaja a la hora de pactar un contrato en el cual se tomen en cuenta características del género, como el derecho a la maternidad.

Por otra parte, indicó González, las trabajadoras perciben que no tienen a dónde acudir.

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