Cuba: La estampida
Se van. Sí, todos se van. Se van los hijos, y se quedan los padres. Se van los padres y se quedan los hijos. Se van los hijos y los padres. Se van los abuelos y se quedan los nietos. Se van los nietos y se quedan los abuelos. Se van los nietos y los abuelos. Se va el hermano y se quedan los otros. Se van los primos, los tíos. Se van los amigos. Se fue el vecino. Se va hasta el gato, menos los buitres.
Se van, todos se van… (si pueden). Pero todos se van, aunque no puedan, porque todos quieren irse, excepto los buitres. Excepto los culpables.
Se van todos, menos los que deberían irse de una vez y para siempre. Los culpables de que todos se vayan.
Se van. Y se queda la familia destruida. Y el barrio triste y los pueblos vacíos. Y se queda el hambre.
Se quedan los enfermos sin medicinas, los niños sin leche, los pobres sin pan.
Se queda el miedo, el terror. Se queda la desesperanza. Se queda la ruina moral.
No se va la desecación de las almas. Se queda la tristeza en los hogares. Y la nostalgia.
Se quedan las madres de los presos por soñar LIBERTAD
Se queda una Isla muerta, sin esperanza. Muerta, seca. Una isla triste, varada en un Infierno en el tiempo
Todos se van. Y Cuba no resucita.
Fuente: Tomado de Facebook (Edición 152, Abril 2022)