Instalarán planta para tratamientos residuales a la bahía habanera
La empresa estatal Prodal, una de las industrias que permanecen funcionando en las márgenes de la bahía de La Habana, tiene previsto montar una planta de tratamiento de residuales para 2018 con vistas a comenzar la producción de salchichas, que hasta ahora se importan desde Canadá y Brasil, fundamentalmente.
Según reportó Inter Press Service (IPS-Cuba), se trata de uno de los requerimientos establecidos por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente para sanear las aguas de esa entidad del sector alimentario, una de las principales fuentes de contaminación de la rada habanera, antes de iniciar la nueva línea de elaboración.
Yaneisy Romero, jefa del grupo de importaciones de Prodal, admitió que hasta ahora solo hacen recogida de sólidos.
“Esa agua tiene químicos y sólidos en suspensión que no son eliminados. Con la planta, estos serán reducidos y el agua saldrá con calidad ‘clase A’, por encima de lo que establece la norma cubana”, dijo.
Ernesto Martínez Paneque, uno de los directivos de la entidad, dijo que diariamente la industria vierte a la bahía unos 500 metros cúbicos del líquido con contaminantes.
Para el montaje del equipamiento, ya importado en su totalidad, se requiere primero la colocación de pilotes y la cimentación de una losa, pues el terreno es inestable y limita el acoplamiento.
“Este año corresponde la etapa de construcción y le seguirá la instalación de los equipos. La inversión total se calcula en alrededor de 2.600.000 CUC, de ellos 1.300.000 en equipamiento”, dijo.
De acuerdo con la jefa del grupo de importaciones, el proceso incluye varias filtraciones, que posibilitarán separar hasta el 90% de la grasa y el aceite. Luego, el tratamiento con elementos químicos oxidará los fósforos y, posteriormente, el agua llegará al reactor biológico, donde el aire alimentará la proliferación de bacterias.
Las labores de saneamiento realizadas hasta ahora en la bahía se concentran en la recogida de sólidos, pero no es suficiente, según han alertado los expertos.
En abril pasado el diario oficial Granma informó de que el Gobierno había comenzado a usar novedosas barreras de plástico para detener la llegada de residuos, con vistas a limpiar la rada a los ojos del creciente turismo de cruceros que arriba al puerto habanero.
“Lo novedoso en esta planta, única de su tipo en el país, es el reactor de membrana que filtra el agua con microporos. Eso garantiza agua de calidad, más limpia de lo que exige la norma cubana, que demanda ‘clase E’ para verter a ese cuerpo de agua”, explicó Martínez Paneque.
A su juicio, la alta descontaminación “se hace pensando en las inversiones de reconversión del puerto y la empresa estará a tono con el desarrollo sostenible”.
Según la jefa del grupo de inversiones, una vez en funcionamiento, la planta tendrá capacidad de procesar un pico máximo de 29 metros cúbicos de agua cada hora y unos 500 metros cúbicos diariamente.
“En la primera etapa, bombearán esa agua a la bahía, pero existe un proyecto futuro de recuperarla y dedicarla al riego de plantas, fregado de equipos y pasillos, donde sus características biológicas y microbiológicas lo permitan, lo que constituiría una importante fuente de ahorro de ese escaso recurso”, agregó Romero.
La parte futura del plan estaría en concordancia con la Ley de las Aguas Terrestres, aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular, el pasado mes de julio, y que busca ordenar la gestión integral y sostenible de los recursos hídricos en la Isla, que arrastra en los últimos dos años la peor sequía en un siglo.
“Prodal siempre se sintió en deuda con el medio ambiente, pero necesitábamos un crédito. Las inversiones medioambientales son costosas y los montos no se amortizan con producción, sino con la parte verde que tiene dentro cada persona”, dijo.
Según fuentes del Grupo de Trabajo Estatal Bahía Habana (GTE-BH) “se estima una reducción de 70% de la carga contaminante” en las aguas de la rada habanera.
Los especialistas atribuyen la mejoría a “prácticas de producción más limpias, que tienen en cuenta una disposición adecuada de residuos líquidos y sólidos, además de otras medidas como cierre, traslado y cambio de uso de algunas industrias”.
Sin embargo, las medidas no son suficientes. En abril pasado, los mismos funcionarios del GTE-BH alertaron que pese a discretos avances, los indicadores de contaminación se mantienen estancados desde hace dos años, por lo que urgen medidas más drásticas e inversiones, incluidos los sistemas de tratamiento para mejorar la calidad de las aguas que se vierten a la rada habanera.
Según IPS, hoy están en proceso cinco plantas de tratamiento de residuales para los ríos Luyanó y Martín Pérez.