Las 5 lecciones que nos dejó el levantamiento cubano

Este lunes se cumple un año del Levantamiento Cubano del 11 de Julio (11J). En toda la isla, en más de 72 localidades, cientos de miles de cubanos de a pie salieron a las calles para exigir la libertad y el fin del régimen comunista. Más de 1,235 personas, según Prisoners Defenders, languidecen en la cárcel por motivos políticos. La mayoría de ellas son jóvenes y sin antecedentes de oposición o activismo de movimientos disidentes. ¿Qué nos dice este acontecimiento seminal un año después?

El pueblo cubano tiene conciencia democrática

El hecho de que en aquel épico domingo de julio pasado los cánticos de las masivas manifestaciones fueran llamamientos a un cambio sistémico, nos dice mucho. La urgencia por el respeto de los derechos humanos naturales y básicos fue la norma en todas las protestas. Una transición democrática, tras un proceso de liberación ordenado, era el denominador común. Las reclamaciones de alimentos, artículos de aseo y otros artículos de primera necesidad, tan limitados como en la Cuba castrista, no eran motivo de queja. El hecho de que este inmenso y pacífico levantamiento cívico no haya sido ensayado, pone de manifiesto la existencia de una desarrollada cultura de la libertad entre los cubanos.

El totalitarismo está vivo en Cuba

El castrocomunismo reaccionó como era de esperar. Detenciones masivas, palizas brutales, torturas al por mayor y juicios falsos que evocan el legalismo socialista que legitima la barbarie fue la respuesta de la dictadura. El uso del terror estatal fue llevado a cabo de forma expeditiva por la policía política, las milicias paramilitares y los equipos de fuerzas especiales. Aparentemente, la sociedad cubana descontenta puede no haber sido el único segmento de la población al que se dirigió.

Desde el 11 de julio de 2021, veintitrés militares de alto rango y oficiales de la seguridad del Estado han muerto misteriosamente. Dieciséis de estas muertes se produjeron en los 60 días posteriores al levantamiento cívico nacional. Esto huele raro y sugiere que las fuerzas de contrainteligencia del castrismo, sello de los regímenes totalitarios, han estado excepcionalmente ocupadas. La férrea organización de la sociedad y el poder político, todo ello contorneado para la supervivencia del régimen, no termina con la simple promoción de la ineficacia política entre la oposición y la disidencia. También exige la vigilancia constante de los ejecutores de la dictadura. Hannah Arendt escribió todo esto en Los orígenes del totalitarismo.

El sistema de prisiones políticas en Cuba tiene una puerta giratoria

El engrosamiento del sistema de gulag en Cuba ha servido para intentar aplastar cualquier fuerza que desafíe su poder. Encerrar a personas inocentes durante largos periodos de prisión, someterlas a torturas y a actos de salvajismo también está diseñado para disuadir a los potenciales luchadores por la libertad. Sin embargo, históricamente, los presos políticos cubanos también han sido utilizados como peones de negociación con Occidente. El 11J confinado en las cárceles castristas bien podría ser canjeado por concesiones de una administración americana.

La inmigración sigue siendo un arma

El fomento estatal de los éxodos masivos hacia Estados Unidos ha sido un modo eficaz de ejercer presión política sobre Washington. Desde 1959, la dictadura marxista se dio cuenta de que la geografía podía servir bien a su propósito subversivo. Cuatro meses después del 11J, la Nicaragua de Daniel Ortega abrió sus puertas a la estampida de cubanos. Las garantías del mexicano Andrés López Obrador, otro aliado incondicional, de que los cubanos no serían acosados en su camino hacia la frontera sur de Estados Unidos, era el plan.

El resultado ha sido el mayor éxodo en el plazo previsto del que se tiene constancia. Hace unas semanas, la administración Biden entregó al régimen de Castro una reversión de muchas de las políticas de Trump. Esto es algo que la dictadura cubana había estado pidiendo.

Estados Unidos ha renunciado a los esfuerzos de solidaridad democrática de Cuba

Las importantes manifestaciones masivas del 11J, establecieron una oportunidad que la administración Biden perdió. Los cubanos podrían haber utilizado el mismo posicionamiento moral que los ucranianos recibieron de Washington. Había un enorme número de opciones para elegir. No se ejerció el aprovechamiento de la militancia patriótica dentro de la población de la isla y la defensa de la libertad cubana. Esto fue muy lamentable.

Cuba será libre y democrática. Los procesos históricos son dinámicos. El valiente levantamiento cubano del 11 de julio no desaparecerá. Una nueva generación de opositores se ha incorporado. La batalla no ha terminado. La guerra de liberación de Cuba continúa. El 11J fue un paso fundamental en el camino hacia la victoria.

Fuente: Por Julio M. Shiling; elamerican.com

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