Las estafas tecnológicas cada día aumentan en la Isla
Al menos una denuncia diaria en la última semana ha recibido la estación de policías de Trinidad por la ocurrencia de estafas a través de llamadas telefónicas fraudulentas que alientan a los usuarios de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) a proveer tarjetas de recarga de telefonía móvil a supuestos agentes de envío de mercancías.
Al descolgar una llamada del número +53995882359199 —la modalidad *99 permite que quien gaste su saldo sea quien recibe— un individuo, con datos personales del usuario tales como nombre, apellidos y dirección particular, alude que está en camino de llevarle un paquete enviado desde los Estados Unidos pero que su auto se averió y para terminar su trabajo necesita una recarga.
El periodista trinitario Luis Orlando León fue uno de los tantos que ha recibido esa llamada. El joven de 28 años vivió su experiencia el pasado 8 de abril y la contó en su perfil de Facebook.
“Asumámoslo: a todo el mundo le brillan los ojos si le dicen que le enviaron un paquete del exterior. Es una jugada maestra. La suerte fue que yo de casualidad había escuchado varios testimonios el día anterior y supe reaccionar rápido”.
La treta de ganar confianza con la información personal aportada por los estafadores puede hacer caer a quien esté desprevenido, sin percatarse de que son los extraídos de la base de datos de la propia ETECSA que fuera filtrada y puesta a disposición del cubano común por medio de apps que permiten visualizarla de maneras muy dinámicas.
“Puede parecer un jueguito simple —agrega el joven— pero con esa ‘gracia’ sé de personas que se han gastado hasta 20 CUC y más en tarjetas. Una amiga mía, debatiéndose si era cierto o no, le transfirió 1 CUC nada más. Al final, el número de quien llama ni aparece en la guía clandestina”.
Orlando conoció de similares casos no solo en Trinidad, sino en lugares como Cienfuegos y Santa Clara. Por eso decidió acudir personalmente al telepunto de ETECSA a denunciar el hecho. Allí le dijeron que la oficina de protección al consumidor del monopolio estatal de las telecomunicaciones está en la capital provincial —a 70 km de distancia— pero que mejor fuera a la policía porque lleva dos años sucediendo y la empresa solo le aporta datos al Ministerio del Interior (MININT). En la policía tomaron el número telefónico una vez más y le dijeron que se trabajaba en el caso.
Citando episodios similares de estafas telefónicas, otra joven, Arassay Rodríguez, cuenta que su tío transfirió unos cuantos CUC a un supuesto socio que había tenido un accidente en una carretera de Ciego de Ávila y necesitaba llamar con urgencia al hospital, pero no tenía saldo. El identificador en efecto mostró que la llamada provenía de esa provincia, pero al marcar el número no existía y el celular al que había hecho la transferencia era el de una mujer que no había recibido nada.
Lilian León, recepcionista en el Hotel La Ronda, en el mismo centro de Trinidad, cuenta que hace pocos días recibió una llamada de un hombre que se hizo pasar por el subdirector del complejo hotelero Las Cuevas. Supuestamente su auto se había averiado y necesitaba llevar al hijo a la universidad porque debía entregar un trabajo de último minuto.
“Me pidió que le enviara cuatro tarjetas de Internet. Yo lo hallé tan raro que le dije que llamara más tarde para saber qué hacer. Y no llamó más. Luego supe que a la otra recepcionista sí la hizo caer y que el verdadero subdirector de Las Cuevas mandó a decir que alguien se estaba haciendo pasar por él”.
Los casos de delito asociados a la tecnología comienzan a incrementarse en Cuba. El más recurrente de los últimos tiempos tiene que ver con los robos de saldo en cuentas permanentes de Internet (Nauta). Los problemas de certificado de seguridad del portal de acceso gestionado por ETECSA han permitido los delincuentes crearan un portal falso y robaran contraseñas. La suplantación del IP de los equipos WiFi de la compañía es otro de los métodos de engaño.
En el documento de contrato para la navegación, la empresa alienta a utilizar sólo sus servicios para la conexión segura a internet y evitar casos de esta índole y se exonera de cualquier responsabilidad en el caso de la mediación de un tercero, los conocidos revendedores de conexión por “Connectify”. Sin embargo, la ausencia de suficiente preparación para un uso seguro de las redes e internet entre los usuarios en Cuba es notable y hace que muchos no conozcan elementos básicos de protección a ciberataques.
La desprotección de los usuarios se refuerza ante el hecho de que Cuba adolece de una ley de Telecomunicaciones que garantice castigo para los implicados en hechos de este tipo. En un reportaje sobre casos similares en Cienfuegos, el ingeniero Alvin Cordero Hernández especifica que “el Código Penal (…) no incluye delitos relacionados con la informática y las comunicaciones, no hay nada escrito, y todo cae en actividad económica ilícita, que es un saco donde caben muchas cosas”.
Fuente: PeriódicoCubano.com