Rostros locales: Armando Risotto, el arte de torcer un buen habano
Sus hábiles manos pueden elaborar uno de los verdaderos símbolos que distinguen a Cuba. Llegó a la famosa Fábrica Partagás, en La Habana, por azahares del destino. Sin embargo, fue allí donde el oficio de torcedor le enseñó con humildad a desentrañar los secretos de un buen tabaco cubano.
Armando Risoto, puede decir que, a sus 45 años, ha tenido el privilegio de recorrer el planeta representando a Cuba. Sus méritos fueron ganados con el esfuerzo y la convicción de jamás rendirse.
“Llegué a la Partagás de casualidad, pues ser torcedor no era el oficio que tenía en mente, pero al estar allí y aprender de los mejores, me di cuenta de que no solo estaba desarrollando una profesión, sino que también estaba heredando una tradición muy cubana y llena de historia. El primer año no fue muy fácil y no estaba entre los mejores, es un trabajo de mucha habilidad con las manos para lograr cumplir con las normas. De tu desempeño depende la calidad y el prestigio del tabaco y es una responsabilidad muy grande. El primer año no fui bueno, pero me enamoré de este oficio y te aseguro que años después esa historia cambió.”
Armando, me comentabas que el ambiente que existe en una sala de torcedores distingue el tabaco cubano
“El tabaco no es solo la hoja lleva también ese toque de quien lo realiza. Allí se respira un ambiente muy feliz, muy bueno, cargado de esa tradición de muchas horas escuchando al lector del periódico. Ese legado de tantos años se mezcla con el aroma y la elegancia del tabaco cubano. Por ejemplo, el Cohíba cumple casi 55 años conservando su tradición de prestigio y calidad, siendo la principal enseña de habanos del mundo.”
También has tenido la oportunidad de representar a Cuba
“Sabes, el tabaco de nuestra Isla goza de fama internacional, fue por medio de ella que he vivido experiencias increíbles, en ferias y demostraciones en varios lugares del mundo, desde Londres a Qatar. Una tremenda oportunidad de poder mostrar la más pura cubanía de los tabacos cubanos”.
Para una persona conocedora del tabaco cubano, ¿qué tiene de especial que muchos han tratado de imitarlo?
“Es un secreto, te confieso, pero el tabaco cubano jamás podrá ser superado por la calidad. Muchos han tratado de llevar las semillas de tabaco y sembrarlas en todas partes del mundo, pero solo la tierra de Pinar del Río conoce esa esencia maravillosa y le aporta ese sabor único para los verdaderos amantes de un buen habano. Además de ello, el tabaco cubano posee cuatro factores que solo coinciden en nuestro país esta isla, y que son: los suelos, el clima, la variedad de tabaco negro cubano, y el oficio y la sabiduría que han perfeccionado los vegueros y torcedores. Esos atributos hacen de este producto, único en el mundo.”
¿Cómo se disfruta un buen tabaco cubano?
“El tiempo es, precisamente, la clave para disfrutar de un habano, un mínimo de 25 minutos. Que sea un momento especial y relajante, por eso generalmente se ofrece en las sobremesas.”
Llegaste hace algunos años a los EEUU sin embargo no olvidas tu profesión.
“En la actualidad me desempeño como uno de los managers del restaurante Guacamole, del OLE Restaurant Group, sin embargo, no olvido mi profesión. Existen proyectos futuros para crear un espacio en la ciudad de Louisville, exactamente en el Restaurante La Bodeguita de Mima. También a mí me gusta regalar tabacos; cuando lo hago siento el doble de agradecimiento, me gusta contarles a las personas porque el habano es el mejor tabaco y sobre todo el mejor embajador cubano en el mundo”.
Por Yany Díaz, (El Kentubano, edición 137, enero 2021)