Rostros locales: Luis Ángel Labrada, transmitiendo el ritmo y el sabor latino

Exaltando, reconociendo, y aplaudiendo las buenas obras y a los líderes de nuestra comunidad

Cuando suena la música es imposible no “contagiarse” y seguir sus pasos. Cada una de las sesiones de baile activan “las energías” de cada uno de los participantes. Es el auténtico “sabor latino” el que transmite en cada ritmo el bailarín cubano Luis Angel Labrada, quien recientemente ha emprendido un nuevo proyecto artístico en la ciudad de Louisville, donde se encuentra radicado desde el año 2019.

¿De qué parte de Cuba eres?

Orgullosamente tunero.

¿Cuéntame cuando surge el interés por la danza?

Cuando me encontraba cursando el sexto grado se presentó en la escuela en la que yo estudiaba una profesora de danza de la Escuela Vocacional de Arte (EVA), para anunciar que estaban haciendo audiciones para entrar a esta escuela. Esta convocatoria se realizó a nivel provincial incluyendo todas las escuelas primarias, nos dimos cita cientos de aspirantes y ese día tuve la dicha de ser uno de los 24

¿Existía algún bailarín en la familia?

Mi papá bailaba y tenía su “sandunga”, como decimos los cubanos, al igual que mi tía paterna. Ellos siempre bailaban en la Jornada Cucalambiana que se realiza en Las Tunas, pero eran bailadores. Yo soy el primer bailarín profesional de la familia.

Luis Ángel, llegas a los Estados Unidos hace más de tres años, a comenzar desde cero, pero te precede una trayectoria como bailarín de los mejores cabarets de Cuba ¿Es correcto?

Mi trayectoria en el mundo del arte y la danza comenzó en la EVA El Cucalambé, con la edad de 11 años, comencé en la especialidad de danza moderna y contemporánea, luego me gradué con 14 años en la EVA en nivel elemental de danza y más tarde cambié a la especialidad de ballet clásico en la ciudad de Camagüey en la escuela Vicentina de La Torre que albergaba ballet, artes plásticas y teatro. A los 17 años ingresé en la Escuela Nacional De Artes Escénicas y me gradué. Lamentablemente en mi provincia no existía una posibilidad para trabajar y tras trabajar una etapa en la provincia de Holguín Luego decidí mudarme a La Habana donde hice audiciones en el Cabaret Tropicana y fui aceptado, en el proceso de ensayos en Tropicana, también realicé audiciones en el Cabaret Parisién del Hotel Nacional De Cuba donde tuve la dicha de ser aceptado también. Luego por más de cuatro años me mantuve viajando y trabajando con dos compañías en Turquía, uno de los países más hermosos que he conocido. Fue una experiencia fascinante.

Recientemente has retomado tu carrera con un nuevo proyecto. Cuéntame de qué se trata.

Apenas hace un mes comenzamos con un proyecto de zumba en el cual estoy explotando mis conocimientos como bailarín profesional para lograr que las personas tengan una experiencia diferente y más atractiva, basado en mi vasta experiencia. Estoy mezclando la zumba con baile en lugar de aeróbicos, para que así las personas puedan divertirse más, lograr sus metas, aprovechar más ese tiempo de clases, quemar calorías y logren poder bailar, porque yo pretendo que todas las personas que me acompañen en cada clase no vean en mí a un líder, sino a un profesor. El concepto que tengo es poder mejorar la calidad de movimientos de las personas al bailar, ayudarlos a mejorar en cuanto a salud física y mental y lo más importante: ¡hacer que mis alumnos disfruten al máximo! Estamos impartiendo las clases de lunes a jueves, desde las 7:00 pm hasta las 8:00 pm en el local ubicado en Sweet Havana, 5510 Fern Valley Rd. Suite 103, Louisville 40228; quien desee sumarse puede llamar al número (502)-813-9074.

¿Qué es lo que más disfrutas cuando bailas?

Cuando bailo es un momento mágico, especial, disfruto mucho transmitir, y me refiero a contagiar al público de esa energía y alegría, ese dinamismo y buena vibra. Esa es la idea con la que se trabaja y se hace un espectáculo y por supuesto lo que más se disfruta es el aplauso del público ya que es el reconocimiento y a la vez nuestro premio, por lo que trabajamos los artistas. Mi sueño junto a mi esposa Jennifer Santana es poder abrir una academia de baile en Louisville.

¿Cuánto hay del niño que soñaba con bailar en el artista que eres hoy?

Siento nostalgia y a la vez satisfacción. Siento que he crecido y madurado muchísimo como artista. Cuando pienso en mis inicios y en todo el desarrollo y evolución que he obtenido me siento muy feliz, pero el camino fue difícil y con mucho sacrificio. No solamente mío, sino de mi familia y en especial mi mamá que siempre estuvo conmigo apoyándome incondicionalmente incluso más de lo que podía. Mi madre hizo una labor muy especial en toda mi trayectoria. Hoy estoy convencido que valió la pena todo ese sacrificio.

Por Yany Díaz, El Kentubano (Edición 154, Junio 2022)

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