Héctor Luis Criollo, en las páginas de la historia del boxeo mundial

El Kentubano, exaltando, reconociendo, y aplaudiendo las buenas obras y a los líderes de nuestra comunidad

Si algo me queda claro, es que cuando se escriba la historia del boxeo mundial en el siglo XXI, una página bien merecida estaría dedicada a Héctor Criollo, renombrado púgil y entrenador de boxeo venezolano, en cuyas manos se han forjado campeones mundiales de este deporte.

Con una vida consagrada al cuadrilátero, Criollo es una leyenda viva, pues no solo mantiene una energía única, sino que su experiencia y sus técnicas son un tesoro invaluable. En una entrevista de casi tres horas me fue imposible retratar una vida llena de aventuras emocionantes y momentos únicos de gloria.

“Maestro, usted debería escribir un libro”, le dije. Sonríe.

¿Quién es Héctor Criollo?

“Un hombre de su pueblo. Yo soy orgullosamente venezolano y aunque haya viajado como un trotamundos toda mi vida debido a mi profesión, jamás olvido mi país”.

¿Alguien influyó en su infancia para que se inclinara por el boxeo?

Un amigo, al que jamás olvidaré, el señor Clemente de la Cerda, me regaló mis primeros guantes. Era un muchacho aún. Yo era muy bajito para ser pelotero, no llegaba a los 1.60 cm y pesaba 112 libras, no llegaba ni al peso mosca.

¿Cuándo se inició en el boxeo?

Mi primera pelea fue en el gimnasio Oscar Calle en la Avenida San Martin en abril de 1954, en un torneo que se llamó “Vendaje duro”. La primera pelea la gané y me mantuve como amateur desde esa fecha hasta 1958.

¿Cuándo dio el salto al deporte profesional?

En noviembre de 1958. Varias veces me titulé campeón, logré celebrar 46 peleas y 13 derrotas. Llegué a pelear fuera de mi país. Tuve mi primer combate a 10 asaltos en Montevideo Uruguay contra Júpiter Mancilla. Luego cuando decidí retirarme supe que mi lugar estaba allí, en el cuadrilátero entrenando a los nuevos prospectos.

¿Cómo ha sido su carrera como entrenador?

Sin temor a equivocarme he obtenido más glorias como entrenador. Tuve la oportunidad en su momento de ser escogido como el Mejor Entrenador de Deporte por el Instituto Nacional de Deporte de Venezuela. Yo he logrado 22 campeones mundiales y he entrenado alrededor de 1500 boxeadores. Toda mi vida tuve un gimnasio al que me enviaban entrenadores de todas partes del mundo.

¿Tuvo usted la oportunidad de visitar Cuba?

Si, durante el Torneo Giraldo Córdova Cardín. Cuba siempre ha tenido buenos boxeadores dignos de admirar. Teófilo Stevenson fue uno de esos. Si hubiera sido interesante ver una pelea entre él y Ali.

¿Quién cree usted que hubiera ganado?

Sonríe-, Muhammad Ali era un deportista único.

Precisamente usted escogió el lugar donde Él nació para asentarse.

Llegué a Louisville en el 2002 con mucha ilusión, esta es una tierra fértil en el boxeo. No quiero que se pierda la tradición y espero ver que se siga el legado de ese grande de este deporte. Me gustaría encontrar un prospecto, aún hay mucho que dar.

¿Qué significado tiene el boxeo para Héctor Criollo?

“Mi vida. Ha sido, es y será mi vida. Es parte de la historia de la familia que yo creé y cada pupilo que he entrenado lo considero mis hijos”.

Por Yany Díaz, El Kentubano (Edición 161, enero 2023)

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