Rostros locales: Luis Alberto Pita, un campeón debutando en Louisville
Exaltando, reconociendo, y aplaudiendo las buenas obras y a los líderes de nuestra comunidad
“A mí el boxeo me cambió la vida”, es esta la primera afirmación que escucho de Luis Alberto Pita Oliva al inicio de la entrevista. Próximo a hacer su debut profesional en este mes de junio, este púgil cubano me cuenta del orgullo que siente al practicar el mismo deporte del hijo predilecto de esta ciudad en esta disciplina, Muhammad Ali, “el más grande de todos los tiempos”.
Luis, eres un muchacho joven con un gran futuro en el deporte
Yo nací en Pinar del Río, Cuba, tengo 24 años voy a debutar profesionalmente el 17 de junio de 2023 en Shelbyville y aún sigo peleando por hacer un sueño realidad.
Un sueño que me cuentas no es solo tuyo, ¿cierto?
Si, no es solo mío, sino de otras dos personas, entre los que se encuentra mi entrenador. Él fue quien me cuidó, me dio cariño y me trató como un hijo, me enseñó a valorar la gente, a saber, que está mal y que está bien, a tener ambiciones grandes y a tener fe mí.
El otro es mi primo, que vio algo que sólo yo pude ver hasta mucho después. En mis inicios, cuando nadie sabía ni quién era Luis Pita, él me dijo: “tú serás grande”. Los dos fueron amantes del boxeo, y desafortunadamente hoy no están entre nosotros. Mi entrenador falleció y mi primo perdió la vida en un accidente. Son mi inspiración.
¿Cómo llegó el boxeo a tu vida?
Yo no buscaba ni pensaba ser boxeador. Vivía en una etapa dura de mi vida. Me sentía frustrado, vivía con demasiado estrés. Yo me encontraba fuera de lugar y necesitaba un lugar para pensar, trabajar las ideas. Desde muy pequeño solo quería irme de Cuba, esa era mi primera meta, sentía que mi vida no iba en ninguna dirección. Diría que el boxeo fue quien me encontró a mí, porque ahí conocí a las personas que formaron mi carácter y me convirtieron en una persona de bien, con valores. El boxeo se volvió mi familia una vez que me enamoré de él. En ese momento lo vi como una oportunidad y la aproveché.
¿Qué edad tenías cuando subiste al ring?
Empecé a boxear con 12 años, a la misma vez empecé a trabajar a escondidas los fines de semana para poder irme de Cuba. A los 16 me enamoré verdaderamente del boxeo y empecé a conocer personas que fueron base de lo que soy, que hicieron que mi confianza y fe en mi crecieran empecé a esforzarme más a entrenar el doble de duro. De esa forma pude llegar a la selección.
¿Cómo fue esa etapa?
Con 17 años obtuve la medalla de bronce, perdí discutiendo la medalla de plata de nuevo con la selección y todos vieron que fue un gran combate y llegué a la selección iba a ir a Rusia, pero supuestamente el rival tuvo complicaciones. De ahí fui a mi provincia en donde hice mi tesis, terminé el Técnico medio en Cultura Física y me pregunté: ¿ahora qué sigue? Ya había cumplido 18 años y me vino a mi mente mi propósito de irme de Cuba. Ya tenía algo de dinero guardado, no mucho, pero si algo para no darme por vencido de que si podía irme por mis propios medios. Salí con 19 años recién cumplidos, ya no quería saber nunca del boxeo amateur, sino del profesional, aunque para eso necesita pasar al siguiente nivel para sobresalir. En Brasil gané varios campeonatos luego me fui a Perú dos años y dos meses, y allí gané el Campeonato Guantes de Oro, luego gané un cinturón amateur buscando ser profesional, y ya cuando iba a debutar profesionalmente supe que llegaría al límite y necesitaba algo más grande. En ese momento ya había mejorado mi boxeo y me dije: es hora por más.
Llegaste a los Estados Unidos, ¿Cómo fueron los inicios?
Durante casi un año no pude boxear y me mudé para Kentucky pues aquí tenía dos amigos que fueron formados por el mismo entrenador siendo niños, y empecé a entrenar de nuevo en el gimnasio House of Warriors.
Luis, ¿Qué planes tienes para el futuro?
Mi mayor sueño es triunfar en el boxeo a nivel profesional y pienso que estoy en el camino correcto para lograrlo.
Por Yany Díaz, El Kentubano (Edición 166, junio 2023)