Rostros locales: Dra. Ada Sánchez, eternamente agradecida de sus padres
Exaltando, reconociendo, y aplaudiendo las buenas obras y a los líderes de nuestra comunidad
“Cuando vine a los EEUU tenía solo 9 años. Siempre me he sentido orgullosa de mis raíces porque me ayuda a recordar de donde soy y los sacrificios que hicieron mis padres para llegar hasta aquí”, me cuenta la Doctora Ada Sánchez, especialista en Optometría en la Clínica Dr. Black’s Eye Associates, en la ciudad de Frankfort, Kentucky.
Después de escucharla, pude elogiar los hermosos valores que cultivaron en ella sus padres, pues aparte de la gran profesional que es, Sánchez, dedica también su tiempo a ayudar a los demás.
“Me acuerdo de que los primeros años fueron difíciles ya que no sabía nada de inglés. Llegué en el 2001 y empecé la escuela primaria (Elementary School) al mes después de haber llegado. Esos primeros meses fueron bien difíciles, porque en aquel tiempo no tenía maestro de ESL (inglés como segunda lengua). Pero a mediados del año escolar empezó una maestra de ESL, Yolanda, y ella nos ayudó mucho a la transición. Gracias a ella pude aprender bastante, y ya para la Middle School no tuve que tomar ESL.”
¿Qué te inspiró para emprender una carrera en la medicina y por qué escogiste la especialidad de optometría?
“Siempre supe que quería hacer algo dentro de la medicina. Pero no fue hasta que empecé la Universidad que me gustó la optometría. Cuando me gradué de high school, empecé en la Universidad de Louisville y también trabajé para un optometrista local, y allí fue que me di cuenta cuanto me gustaba esta carrera. Allí aprendí que no solo podría ayudar a las personas a ver mejor con espejuelos o lentes de contacto, sino también a cuidarse la vista y prevenir la pérdida de la visión. Cuando me gradué de la Universidad, fui a hacer la carrera de optometría en la Universidad de Indiana. Ya estando en la carrera pude hacer diferentes rotaciones clínicas que me ayudaron a escoger para hacer una residencia, especializarme en enfermedades oculares y rehabilitación de baja visión. La residencia la hice en Lexington, en el Veteran Affairs (VA) Medical Center.”
¿Como doctora qué significa poder ayudar a otros en la clínica?
“Como optometrista no solo hacemos espejuelos, lentes de contacto, también tratamos enfermedades oculares como glaucoma, ojos secos, conjuntivitis entre otras. Unas de las cosas que tanto me gusta de lo que hago es que puedo ayudar a muchos a ver mejor, pero también me gusta mucho hablar con mis pacientes sobre cómo prevenir la pérdida de visión. Hay muchas enfermedades oculares que si se diagnostican en tiempo y con el tratamiento indicado se puede prevenir pérdida de visión. Con un examen ocular completo no solamente miramos la salud de los ojos sino también la salud en general. Podemos detectar enfermedades en estados iniciales como diabetes, hipertensión, trastornos autoinmunes y otras que no han sido diagnosticadas.
Me acuerdo cuando estaba en el primer año de la universidad y trabajaba para una clínica part-time. Una señora vino porque había perdido la visión. Sus espejuelos ya no le servían, el doctor con quien trabajaba la diagnosticó con degeneración de mácula. En ese caso ningún tipo de espejuelos le iban a servir. El la refirió a una especialista de rehabilitación de baja visión la cual la pudo ayudar a mantenerse independiente y sin tener que perder el trabajo por su pérdida de visión. En ese entonces supe que quería ayudar a esas personas con visión baja a poder navegar lo más independiente posible.”
Llegaste a este país siendo apenas una niña, ¿cómo lograron tus padres que no olvidaras tus raíces?
“Mis padres se sacrificaron mucho para poder venir a este país. Ellos eran médicos en Cuba y cuando llegaron aquí hicieron todo tipo de trabajo para salir adelante, desde limpiar oficinas hasta lo que son ahora, enfermeros registrados (RN). Ellos siempre nos recuerdan a mi hermano y a mí de dónde venimos y todo el sacrificio que se ha hecho, desde dejar una carrera de Medicina atrás, hasta la familia que todavía tenemos en Cuba. También una cosa que ellos siempre quisieron fue que no se nos olvidara el Español. Me acuerdo cuando era niña ellos no me dejaban hablar inglés en la casa. Me siento orgullosa, pero más que nada, agradecida. Agradecida con mis padres que sacrificaron todo por venir a este país y poder darnos la oportunidad de estudiar, y de estar donde estamos hoy.”
¿Qué proyectos futuros tiene?
Para el futuro quisiera seguir viendo el crecimiento en la clínica donde trabajo y poder proveer ciertos servicios que ahora no tengo disponible.
Por Yany Díaz, El Kentubano (edición 171, noviembre 2023)