Rostros locales: Los originales, Lillian Mullins, 58 años en Louisville, Kentucky

El Kentubano, exaltando, reconociendo, y aplaudiendo las buenas obras y a los líderes de nuestra comunidad

Una fría tarde de febrero, cuando los rayos del sol comenzaban a ocultarse en el horizonte, Lillian Mullins me abrió la puerta de su casa. Mi primera impresión es que había llegado a Cuba, a una de esas antiguas casonas del Vedado, en urbe habanera, pero en sus mejores años. Allí se respiraba la esencia de la Isla y mi entrevistada seguía siendo en la misma muchacha que un día dejó atrás Sagua la Grande, en Las Villas, para casarse con el estudiante de medicina y devenido reconocido cirujano Dr. Fitzhugh Mullins.

“En el año 1951 aproximadamente yo vine a estudiar a los EEUU. Mis padres me enviaron a la escuela de chicas. Mi hermana ya había estado antes. Aquí conocí a Fitz, pues mi compañera de cuarto era la novia del hermano de mi esposo. Ahí comenzó nuestra historia y hace casi siete décadas acompañamos nuestros días juntos.”

¿En qué año llegaron a Kentucky?

Nosotros nos casamos en 1954, mientras él completaba su carrera como médico. Vivimos en varios lugares, desde Virginia hasta Maryland, en la base militar. Llegamos a Kentucky en 1965 y nos gustó el lugar. En 1967 nos mudamos a esta casa y aquí decidimos echar nuestras raíces, aquí nació nuestra hija menor. Tuvimos 3 hijos varones y una sola hembra, la vida nos regaló 8 nietos.

¿Cómo fueron los primeros años?

Lo primero que hice fue buscar en el directorio algún cubano. Encontré al Dr. Isaac Maya, quien fue uno de los primeros cubanos en esta comunidad, una persona de un gran corazón, que como otros miembros de esta comunidad ayudaron a todos los recién llegados de esos años. Tuve la oportunidad de conocer a alguien maravilloso también, mi amiga Irma Bencion, cubana como yo, y de construir una hermosa relación de amistad y hermandad. A medida que fuimos creciendo en el grupo nos reuníamos y hacíamos fiestas, actividades, nos relacionábamos entre nosotros. Algunos ya no se encuentran hoy entre nosotros, pero fue una época hermosa.

¿Me contaba que aún se reúnen cada semana algunos de ustedes?

Nos visitamos, en ocasiones en casa de Carolina Cossío, supe que tuviste la oportunidad de conocerla. Allí vamos a rezar el rosario y nos reunimos entre nosotras.

¿Qué le enseñó a sus hijos acerca de sus raíces cubanas?

Mis hijos se sienten orgullosos de su herencia multicultural y creo que eso les ha abierto la mente para aceptar e integrarse en cada paso que han dado. No hablan español…, me hubiera gustado, aunque mi hija lo hace un poco más. Si te puedo asegurar que aquí aprendieron a comer la comida cubana. Cada vez que visito a mi hijo me tiene siempre los ingredientes de ese arroz con pollo a la cubana y yo disfruto cocinándole.

¿Alguna vez pensó en irse de Louisville?

Mi esposo ama a Louisville, su clima y este hogar que construimos. Nuestra casa, de tejitas, como en Cuba. Yo creo que cuando la compró lo hizo pensando en mí. Aquí nos reunimos en Navidad la familia completa y a sentir ese calor familiar. Dios nos premió con una familia maravillosa y me siento agradecida por compartir mi vida con este ser humano grandioso que es mi esposo.

Por Yany Díaz, El Kentubano (Edición 163, marzo 2023)

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