Rostros locales: Masones hispanos en Louisville fundan la logia “La Rosa Blanca” No. 28

El Kentubano, exaltando, reconociendo, y aplaudiendo las buenas obras y a los líderes de nuestra comunidad.

Luis Enrique Hernández: Somos uno y somos millones, como la espiga del trigo…

Nacido en Banes, Holguín, Luis Enrique es orgullosamente un Maestro Masón que ostenta el grado 18 de los 33 en la masonería filosófica, y como muchos cubanos se aventuró en el paso desde Nicaragua a este gran país, a principios del 2022.

¿Cuánto hace que eres masón?

Me inicié hace 16 años, en Holguín.

Llegué por herencia familiar. Me decidí cuando comencé a estudiar algunos libros de mi abuelo que me abrieron el camino al entendimiento y la comprensión de una sociedad maravillosa y de libre pensamiento. Sobre todo, los libros de historia, donde aparecían relatos de masones ilustres y universales como George Washington, Albert Pike, y patriotas cubanos como: Andrés Cassard, Antonio Maceo, José Martí y Calixto García.

¿Qué es necesario para ser masón?

Primero debes ser un hombre de bien y tener buenas costumbres. Ser buen hijo, buen padre, buen hermano. Tener presente que no das lo que te sobre, sino compartir lo que tienes, con deseos de progresar tanto en lo personal como en lo intelectual (en masonería nunca acabas de estudiar), estar dispuesto a ayudar a todo el que lo necesite, estar siempre del lado de la justicia y respetar a todos los seres humanos sin importar su origen, educación, nivel social, raza o color. Iniciarse debe ser por voluntad y decisión propia. Se la recomiendo al que tenga el deseo de ser un hombre libre y de buenos principios, y no al que busque beneficios personales, porque no existen.

¿Te has planteado alguna vez abandonar la masonería?

Jamás. Es algo que llevo muy dentro de mí como hombre y persona. He tenido momentos de decepción, pero cuando te inicias haces un juramento al cual no puedes faltar nunca. Nací con alma de masón, me convertí en masón, soy orgullosamente masón y moriré siendo masón. Somos una sociedad que no guarda más secreto que el de esparcir la luz y el conocimiento. Es una escuela que va formando tu carácter, educación, tus maneras de comportarte ante la sociedad, y donde prima el orgullo entre masones de ser reconocidos como caballeros de bien y filántropos.

¿Cómo se han establecido aquí en Louisville?

Hemos puesto mucho empeño y sacrificio en fundar la Logia “La Rosa Blanca” Nro. 28, en honor a nuestro ilustre hermano masón José Martí, la primera de Cubanos en Kentucky. Estamos trabajando para hacer una masonería a la altura de una ciudad y país que nos ha recibido y abierto los brazos como nuestro segundo hogar. Estamos comenzando y ya visitamos logias norteamericanas, invitados por la Gran logia de Kentucky y de hermanos a los cuales estaremos eternamente agradecidos por todo el apoyo.

Hacemos colectas para repartir entre los más necesitados, especialmente a los nuevos inmigrantes y ayudamos a hogares de niños sin amparo filial en Cuba. Queremos instaurar el 28 de enero como una fecha especial y realizar en nuestra logia actividades para mostrar de dónde vinimos: nuestra cultura, música, raíces. Abriremos una academia de inglés donde hermanos masones impartirán clases gratuitas para los que deseen aprender el idioma. Además, pensamos en un futuro cercano abrir una logia de “Acacias “, así se nombran las mujeres que la practican en Louisville. Son muchos planes, y mayor el deseo de hacerlos realidad.

Finalizo agradeciendo el honor de que la revista El Kentubano nos haya contactado para dar a conocer a nuestra comunidad de la existencia de nuestra respetable logia.

Por Yanet KantAlma, El Kentubano (Edición 177, mayo 2024)