Rostros locales: Se prendió la pista con DJ Teto

El Kentubano, exaltando, reconociendo, y aplaudiendo las buenas obras y a los líderes de nuestra comunidad

La fiesta empezaba a animarse, la música y las luces creaban un ambiente único. Como diríamos en el buen cubano: “Se prendió la pista”. Confiábamos en que no iba a ser diferente, pues detrás de la consola se encontraba un mago de las teclas: el disc jockey Reidel Tejido o mejor conocido como DJ Teto. Precisamente, creador de uno de los proyectos que en estos momentos despuntan con gran éxito en la ciudad de Louisville, nos abrió las puertas para conversar acerca de su trayectoria y los planes y proyectos de este nuevo año.

¿De qué parte de Cuba eres?

Soy orgullosamente de la provincia de Camagüey, allí di mis primeros pasos y estuve hasta que vine para este país y la ciudad de Louisville me abrió las puertas.

Creo que es una pregunta casi obligada, ¿te conocen muchas personas como Reidel?

Sonríe— Creo que son más las que me conocen como DJ Teto. Los amigos de la infancia y la familia sí me llaman Rey.

¿Quién te “bautizó” así?

Un vecino, Yadir se llama, me bautizó como “Teto”, cosas de muchachos, la historia fue de cuando era chiquito y así se quedó. Después, ya en la vida profesional, cuando me comencé a dedicar al arte, pues decidí quedarme con algo que me identificara y fuera parte de mi esencia y así nació: DJ Teto.

¿Cuándo comienza a interesarte la música?

Uno siempre tiene cosas de muchachos, pero no siempre se tiene la oportunidad de hacer lo que nos gusta, por eso yo siempre me propuse que, si esa era mi meta, tenía que aprender y entregarme a ello porque es un campo que siempre está en constante cambio, y así que quise aprender rápidamente lo máximo posible. Yo empecé en el 2000 Santa María, una empresa que pertenecía a la oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey. Allí abrieron una plaza de técnico, haciendo el sonido a un grupo de jazz. En 2001, un amigo mío, el DJ Ovidio, me cuenta que iban a abrir un puesto de trabajo en el cabaret Colonial de la misma ciudad, y pude lograr entrar. Para ello tuve que evaluarme a nivel profesional como técnico de sonido y quien hacía las pruebas era Jorge Delgado, quien se convirtió en un gran amigo y una fuente de buenos consejos y guía. Estuve allí y trabajé en otros proyectos que se desarrollaron en el país hasta el 2013, cuando comencé a valorar la idea de venir a este país.

Una vez que llegas a los EEUU, ¿pensaste que tu carrera como DJ había llegado a su fin?

Los inicios siempre son duros y durante un tiempo hay que sentar las bases para poder emprender los proyectos, a mí me pasó así. Pues tuve que esperar dos años, y en ese tiempo me reencontré con Delgado, aquí en Louisville y te puedo decir que fue una de las personas que me impulsó a continuar mi carrera como DJ. También tengo buenos amigos que son más que eso, porque me motivaron a pensar seriamente en tener un proyecto propio.  A veces las personas piensan que ser DJ no es más que poner dos canciones, eso lo puede hacer cualquier persona. Un evento lleva un proceso de producción que va desde la producción, la dirección hasta la ejecución al mínimo detalle. Desde afuera se puede ver fácil, pero no lo es.

Me comentabas que iniciaste hace dos años tu propio proyecto. ¿Cuéntame de qué se trata?

Un día con un amigo, Miguel Rodríguez (Leu G) estábamos buscando nombres para el proyecto y queríamos algo que la gente se identificara y siempre defendiendo nuestro sello, nuestra música cubana, esa esencia que nos había llevado hasta aquí. Así nació mi compañía se llama Cuba Nights Entertainments LLC.

¿En qué te encuentras trabajando actualmente?

Estamos desarrollando eventos privados, como fiestas, cumpleaños, etc., pero también me encuentro trabajando con Dual Production, a quienes les agradezco la oportunidad y la confianza en mi trabajo. En este 2024 se vienen nuevos proyectos que estamos tratando de materializar y mientras seguimos haciendo con mis colegas los que nos gusta. Creo que la comunidad cubana ha crecido notablemente a lo largo de este estado y espero poder seguir trabajando aquí y abrir nuevas puertas.

Por Yany Díaz, El Kentubano, edición 175, marzo 2024