Opinión: Diferencias entre las economías capitalistas y las socialistas en una anécdota
(Publicado en El Kentubano, edición 174, febrero 2024)
En épocas en que la señora Margaret Thatcher era la primer ministra británica ocurrió una graciosa anécdota: En una visita oficial, el Ministro de Agricultura de la Unión Soviética solicitó entrevistarse con la persona encargada del manejo del pan en Inglaterra. Confundidos, los anfitriones le contestaron al Ministro que en Gran Bretaña no había nadie encargado del manejo del pan. – ¿Entonces cómo hacen para que el pan le llegue a la gente?- indagó asombrado el alto oficial soviético.
La anterior anécdota es muy ilustrativa de las profundas diferencias entre las economías capitalistas y las socialistas.
En las primeras, el ánimo de lucro de todos aquellos involucrados en la elaboración y posterior distribución del pan, desde el agricultor que siembra el trigo, pasando por el molinero que fabrica la harina y el panadero que hornea la masa, hasta el tendero que vende el pan, se encargan, espontáneamente y sin la menor intervención del Estado, de proveer al público el tipo y la cantidad de pan que necesita, al precio que está él dispuesto a pagar.
Por el contrario, en las economías socialistas, aparte del ente planificador central que determina cuánto pan la gente debe consumir, tiene que haber un Zar del Pan, con un ejército de burócratas y funcionarios tratando de coordinar que el producto llegue a la población. Casi nunca lo logran.
Expresado de otra forma, la inmensa diferencia entre el capitalismo y el socialismo es que el primero ha logrado convertir lo que antaño eran productos y servicios de lujo como el pan blanco, en artículos de fácil e inmediato acceso a todos los estrados de la sociedad.
El socialismo, a la inversa, lo que ha logrado es convertir artículos de primera necesidad, como el pan, en artículos de lujo, a los cuales solo tienen acceso los militares y los afectos al poder. El discurso socialista a todas luces es más atractivo y elocuente: promete tanto la igualdad, como la prosperidad. Pero a la hora de la verdad, los resultados son tan pobres como decepcionantes.
En las economías socialistas, la pobreza es norma y las aberrantes desigualdades ofenden hasta a los firmes creyentes en el paraíso socialista.
Fuente: portafolio.co. Foto: Facebook HISTORY
Algunas frases de Margaret Thatcher
- El socialismo fracasa cuando se les acaba el dinero… de los demás.
- Puede que sea el gallo el que canta, pero es la gallina la que pone los huevos.
- Si te propones agradar, estarás dispuesto a ceder en cualquier cosa en cualquier momento y no lograrás nada.
- El peor enemigo del socialismo no es el capitalismo… Es la realidad.
- No es la creación de riqueza lo que está mal, sino el amor al dinero por sí mismo.
- Vale la pena conocer al enemigo, sobre todo porque en algún momento puedes tener la oportunidad de convertirlo en un amigo.
- Cuanto más grande es la porción que toma el gobierno, más pequeño es el pastel disponible para todos.