Rostros locales: Jesús Casas, “Si tienen un sueño, luchen siempre por hacerlo realidad”
Por Yany Díaz, El Kentubano
“El éxito llega a quienes estén dispuestos a trabajar un poco más duro que el resto”, así comienza diciéndome mi entrevistado.
“No puede ser – le comento-, aquí en esta tienda me compraron el primer saco de arroz Royal cuando llegué a los Estados Unidos”. Sonríe, y me dice “aquí somos una gran familia y la mayor satisfacción es que estamos al servicio de los cubanos en Louisville”.
Es un hombre sencillo y dedicado al trabajo y la familia. Hasta su tienda Cuban Food Market, ubicada en 5422 New Cut Rd, cerca del Parque Iroquois, llegué para conversar con Jesús Casas Romero.
Llegó a Louisville en 1994, cuando eran pocos los cubanos en esta ciudad.
“Soy natural de Pinar del Río, tenía 17 años cuando decidí tirarme al mar con el objetivo de llegar a los Estados Unidos. Sin embargo, quiso el destino que no lograra mi objetivo de inmediato y me enviaron a la Base Naval de Guantánamo. Fueron momentos difíciles, donde mi familia no tuvo noticias mías y cuando cumplí la mayoría de edad me otorgaron el parole y pude venir a este país. Concretamente vine casi directo a esta ciudad, en donde la Iglesia Católica me recibió y me ubicó en los apartamentos “La Americana”, lugar de asentamiento de los primeros cubanos que llegaban a Louisville.
Jesús formó parte de los primeros cubanos que llegaron a Kentucky, quienes de cierta forma “conquistaron” y allanaron el camino para lo que en el día de hoy constituye una sólida comunidad en crecimiento.
“Que decirte, éramos pocos, cuando en este lugar había algunos antes de nosotros llegar, pero nos tuvimos que adaptar al idioma y a las costumbres. ¡Claro que sin olvidar las nuestras! “
¿Cuál consideras fue el obstáculo más difícil?
“Imagínate, el frío, el idioma, todo. Esto era un terreno virgen para nosotros, pero ya estábamos aquí, había que sacar el pecho y salir adelante. Los cubanos nos adaptamos y nos sobreponemos a las circunstancias. Desde la primera nevada, los trabajos en fábricas, todo. Yo recuerdo que uno de mis primeros trabajos fue en una fábrica de escaleras, y ello tenía que ir, sin mentirte en bicicleta. ¡Y bajo nieve!”.
¿Alguna vez soñaste con tener tu propio negocio?
“Bueno, yo tuve varias profesiones, pero en el año 2005 decidí abrir esta tienda y hasta el momento me siento agradecido por eso, porque no solo ha sido un buen emprendimiento, sino que me ha demostrado que el esfuerzo ha valido la pena. Claro que, sin mi familia, mi esposa, mis hijos y su apoyo incondicional no hubiera podido lograrlo. La gente ve desde fuera el éxito y piensa que es fácil. Yo llego a abrir la tienda y son las 12 de la noche y no he llegado a la casa. Soy exigente y me gusta servir a los demás y ofrecer lo mejor, que mis productos sean variados y de calidad.”
¿Cuándo comenzaste eran pocos los negocios cubanos en la ciudad?
“Bueno, había existido una tienda en Preston, una panadería en Poplar Level, bien pocos en realidad. Fueron muchas las personas quienes me dijeron que iba a fracasar y yo sabía que no, porque con sacrificio nadie fracasa, con el apoyo de la familia, con la fuerza y la entereza para salir adelante basta para alcanzar las metas. Por eso mi consejo para quienes llegan a este país es que aprovechen las oportunidades, que estudien como le digo a mis hijos, que aquí se pueden hacer grandes cosas y tener un mejor futuro. La gente exitosa aprende a superar sus miedos, en lugar de permitir que éstos manejen su vida. Si tienen un sueño luchen por el siempre”.