Consejos del profesor Mesa: Depresión infantil

Por Braulio Mesa, ESL Newcomer Academy/ (502) 485-6324; braulio.mesa@jefferson.kyschools.us  

Ser maestro es una tarea noble, que enriquece el alma, pero quita muchas horas de sueño. Hoy recuerdo que un gran amigo y educador me dijo: “cuando camines y veas que varias casas tienen prendida luces en horarios nocturnos, de seguro es un maestro preparando, estudiando o leyendo algo para la preparación de sus clases”. Esto es verdad, últimamente he invertido mucho tiempo leyendo y estudiando un tema que por mucho tiempo se pensó que no existía o se ponía en tela de juicio. Me refiero a la depresión infantil. Hoy en día, está bien demostrada y difiere mucho de la depresión de los adultos.

El gran problema de diagnosticar este tipo de depresión en niños es que estamos en una etapa inicial y casi nunca el tratamiento seleccionado es el adecuado. Los especialistas plantean que un 2.5% de la población infantil (2-12 años) padece este trastorno. Si en verdad no es excesivamente grande, si es una cifra para considerar.

Algunos síntomas que pudieran decirnos que un niño está padeciendo de depresión son el estado de ánimo triste e irritable por casi todo el día y casi todos los días, la incapacidad de disfrutar o prestar interés por actividades que le gustaban, los cambios de peso considerables, disminución o aumento no acordes a su edad, no concilian el sueño, pérdida de la energía, los sentimientos de culpabilidad, inutilidad y baja autoestima, estar siempre aislado, la pérdida de concentración e ideas suicidas (en ocasiones).

Aunque pudieran aparecer muchos otros síntomas, considero que los expuestos son suficientes para, al menos, sentirnos alarmados por un niño y recurrir a un especialista. Claro, recuerde que estos por separado pudieran hablar de otros problemas (acoso escolar, violencia, etc.) que abordaremos en otros artículos.

Nosotros los padres somos los que tenemos que estar alertas y pendientes de la aparición de algunos de estos síntomas para poder tomar las medidas necesarias a tiempo y que no haya consecuencias negativas. También debo decir que un niño con depresión deteriora, sin querer, aspectos de su vida, por ejemplo, la relación con los demás, las relaciones familiares y desgraciadamente, afecta también sus estudios.

Enseguida que observe algunos de estos síntomas, llévelo a un especialista. Este es el único que puede realizar un diagnóstico verdadero y diferenciar la depresión de otros posibles trastornos. Es una tarea complicada y especializada ya que debemos tener presente que la depresión suele acompañar otros trastornos infantiles, como, por ejemplo, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, trastornos de conducta o los trastornos de aprendizaje. El tratamiento de esta afección suele ser una terapia psicológica, tratamiento farmacológico o ambos combinados.

Mi recomendación es que a la menor sospecha de que un niño pueda padecer de depresión infantil, haga una valoración. De ser positiva la confirmación, rápido al especialista para que el niño reciba el tratamiento adecuado lo antes posible.

Pero los padres pueden aportar mucho, por ejemplo:

1-  Proporcionarle una dieta saludable: La salud mental va acompañada de una dieta saludable, por lo que asegúrese de que duerma lo necesario, realice ejercicios al aire libre, cuando sea posible y mantenga buenas relaciones familiares y en la escuela. También limite el tiempo de TV, Facebook y videojuegos y que pase tiempo con los padres en calidad y si es posible, en cantidad.

2-  Brindarle protección y seguridad: Una forma de brindar protección y seguridad es hablar con su hijo del acoso escolar, la intimidación y cómo resolverlos. Hay que estar muy pendientes de la pérdida de algún familiar allegado y de qué manera el niño lo asimila. Tratar de reducir el estrés, es posible que sea necesario hacer cambios con la cantidad de tareas u otras actividades. Jamás dejar al alcance de los niños bebidas alcohólicas, medicamentos o armas de fuego.

3-  Informarles a otros: Comente con los más allegados que los síntomas son reales y no son inventos, ni pereza, ni irritabilidad del niño y cómo actuar.

4-  Enseñarle técnicas de adaptación: Enséñele que las actividades físicas y creativas ayudan a relajarse. Siempre hable de lo positivo, escúchelo y compréndelo. Apóyalo a resolver las tareas paso a paso y así podrá tener éxito.

5-  Enséñele un plan de seguridad: Siempre debe seguir el tratamiento y asistir a las terapias. Dígale las personas a las que debe acudir cuando los sentimientos negativos empeoren. Este pendiente si habla sobre suicidio, si regala pertenencias y si piensa en la muerte. Tenga a mano los números de emergencias (terapeuta, pediatra, etc.). En casos críticos, la línea de Ayuda para Prevenir Suicidios (National Suicide Prevention Lifeline) es 1-800-273-8255 o en línea www.suicidepreventionlifeline.org (en inglés).

Espero que en este corto y extractado artículo encuentres los elementos que se necesitan para detectar un niño con depresión y qué hacer en primera instancia, así como los primeros pasos a seguir con el niño si padece de depresión.

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