Capitalismo y libertad individual: Es innegable que Castro empobreció a Cuba

Este artículo apareció por primera vez en Forbes (28 de noviembre de 2016). Fuente: Por Tim Worstall, fee.org.es

Fidel Castro, el dictador comunista de Cuba, murió a los 90 años. Ha habido quienes, a lo largo de las décadas, lo han presentado como un parangón de un nuevo orden mundial, uno en el que la gente no estará sometida ni a Estados Unidos ni al capitalismo. La verdad es que provocó un desastre económico en la isla de Cuba. No, no fue Estados Unidos, no fue ningún bloqueo o embargo, no fue nada externo a Cuba lo que causó esto, fue simplemente la idiotez de la política económica seguida, ese socialismo, que llevó a que no hubiera casi ningún crecimiento económico durante los 55 años de su gobierno. Lo poco que se produjo ocurrió cuando se relajaron sus normas más estrictas.

Es educado, humano y común no criticar a los muertos inmediatamente después de su fallecimiento. Pero dejar a 11 millones de personas más pobres de lo que deberían en nombre de una ideología en quiebra no es la materia de la que están hechos los obituarios hagiográficos.

El problema es que la política económica seguida, la del socialismo, no consiguió lo primero que se supone que debe conseguir una política económica: enriquecer al pueblo.

Y esto se repetirá una y otra vez: “Su mayor legado es la sanidad y la educación gratuitas, que han dado a Cuba algunas de las mejores estadísticas de desarrollo humano de la región.”

Sorprendentemente, grandes partes del mundo tienen ambas cosas y todo ello sin matar a nadie ni tratar de imponer el socialismo.

Ese estrangulamiento de la economía es el gran desastre

Para hacernos una idea de la gravedad de la situación, utilicemos las cifras de Angus Maddison. Puede descargar la hoja de cálculo aquí. Están en dólares internacionales, así que ya hemos ajustado las diferencias de precios según la geografía. Y están en dólares encadenados, por lo que ya hemos ajustado las diferencias de precios, la inflación, a través del tiempo.

Y en 1959, cuando Castro tomó el poder, el PIB per cápita de Cuba era de unos 2.067 dólares al año. Unos dos tercios de América Latina en general y más o menos lo mismo que Ecuador (1.975), Jamaica (2.541), Panamá (2.322) y dos tercios de Puerto Rico (3.239). A pesar de ese patio de recreo de estadounidenses ricos, en opinión de los estándares de la época, le iba razonablemente bien.

En 1999, 40 años después, Cuba apenas había avanzado, hasta los 2.307 dólares, mientras que Ecuador, relativamente, había saltado a 3.809, Jamaica a 3.670, Panamá a 5.618 y Puerto Rico a 13.738. El PIB no lo es todo, por supuesto, pero sigue siendo enormemente importante. Porque es la medida básica de lo que la gente, por término medio, puede consumir. Y no solemos pensar que Ecuador, Jamaica, Panamá y Puerto Rico estuvieran particularmente bien gestionados en las últimas décadas del siglo XX, pero al menos no tenían un gobierno que conspirara activamente para mantenerlos empobrecidos como Cuba.

Y ese fue el gran desastre económico, el gran error. Ese socialismo científico de tipo soviético hace una gran afirmación, o al menos la hacía cuando todavía podía decirse sin que la gente estallara en grandes carcajadas. Que planificando la economía, eliminando la explotación del capitalismo y el caos de los mercados, el socialismo haría rico al pueblo. Luego llevamos a cabo el mayor experimento económico controlado del mundo, algo que llamamos el siglo XX, y descubrimos que el socialismo no lo consigue.

Es posible, si realmente se quiere exagerar, decir que esto no se sabía en 1959. Pero todos lo sabían en 1989, y ahí es donde el sistema cubano realmente merece excoriaciones. Y por tanto también Fidel Castro, que impuso dicho sistema. En 1991 Albania era más pobre que Cuba (1.836 frente a 2.590), pero ese simple cambio a un sistema económico de mercado, por caótico que fuera, casi triplicó el nivel de vida en sólo 20 años (5.375 en 2010).

Pues el resultado de ese experimento económico controlado es que tenemos un espectro bastante estrecho de sistemas sociopolíticos que realmente funcionan. Funcionar significa hacer lo que se supone que debe hacer una economía: aumentar el nivel de vida del ciudadano medio. Esto va desde el mercado libre casi laissez faire de Hong Kong hasta el mercado libre cargado de impuestos y redistribución de la socialdemocracia sueca.

Cualquier sistema que no sea de mercado no funciona

Y fíjense en el resultado de Puerto Rico. Esa isla caribeña permaneció bajo esa dominación estadounidense, ese capitalismo cruel y el caos de los mercados. Nunca se enriqueció con la planificación científica del socialismo. Y los niveles de vida se multiplicaron por 4 mientras los de Cuba se estancaron durante 5 décadas. Y el sistema cubano se justificó liberando a Cuba de esa hegemonía estadounidense.

Por eso Fidel Castro no debe ser perdonado.

También nosotros debemos prestar atención a esta lección. Los sistemas económicos que no son de mercado no funcionan. Sólo disponemos de ese espectro, desde el laissez faire hasta la socialdemocracia. Socialismo, ni una sola vez, gente, ni una sola vez.

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