Daño ambiental en Matanzas tras descarrilamiento de tren
Un tren que transportaba unas 700 toneladas de crudo destinadas a la producción de asfalto descarriló el pasado miércoles en la localidad matancera de Versalles, provocando que se vertieran en la desembocadura del río Yumurí unas 30 toneladas de fertilizantes y otras 76 de petróleo.
El convoy se desplazaba desde el ramal del puerto de Matanzas, y tenía destino final en la refinería Sergio Soto de Sancti Spíritus, precisó el periódico local Girón.
Según el medio oficial, hasta el momento “el daño al entorno se considera mínimo”. Autoridades del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente dijeron que se procedió de inmediato a trasvasar parte del petróleo del vagón cisterna descarrilado y estiman que “el vertimiento apenas alcanzó los tres metros cúbicos”.
Mencionó que a las aguas de la rada igualmente llegó parte del contenido de otro vagón ferroviario con 60 toneladas de fertilizantes, las que ya han sido retiradas y puestas a buen resguardo, con insignificante daño al nutriente vegetal.
El diario estatal Juventud Rebelde informó que decenas de obreros y especialistas laboraron ininterrumpidamente durante toda la noche y madrugada del miércoles y el jueves sobre los daños provocados por el accidente.
Mientras, operadores y obreros de la empresa comercializadora del petróleo, la estatal CUPET, junto a especialistas de otros organismos, concluyeron al amanecer del jueves la extracción del crudo dentro del tanque volcado en el mar.
Según el medio, en horas tempranas de la mañana del jueves un equipo de la empresa de ferrocarriles logró sacar el tanque del agua y lo colocó en los rieles.
Citó que la ingeniera química Zoraime Méndez Santana, directora adjunta de la empresa estatal comercializadora de combustible, participa junto a una brigada con equipos anti derrames para asumir cualquier contingencia lo mismo en mar que en tierra.
Diferentes empresas de CUPET intentan evitar que el producto se extienda y llegue a las playas o al otro lado de la bahía.
Ahora está confinado con barreras, y con el equipo Skimer se recoge el crudo del agua, con cepillo o discos recolecta el crudo, impidiendo con sus barreras que se disemine la contaminación.
“El crudo retenido en la orilla con el movimiento de tierra, manualmente o con buldócer, se recoge para sanear toda el área: No hay reportes de la presencia del crudo en lugares cercanos al accidente, porque todo está confinado con las barreras de contención”, aseguró Zoraime.
“Ese crudo es menos difícil que otro combustible más ligero, porque como es de alta viscosidad se diluye menos en el agua, se concentra más y es más fácil de recogerlo a la hora de concentrarlo. El crudo flota porque la densidad es menor que la del agua y se recolecta todo en la superficie”, resumió la funcionaria.
Primitivo Santana, experimentado obrero de la empresa ferroviaria, comentó al diario estatal que los carros volcados rodaron a cuatro o cinco metros de la vía férrea: “Es un accidente de gran magnitud”, dijo Santana
Declaró que “accidentes de este tipo son difíciles de restablecer porque se necesitan muchos equipos y son muy peligrosas las maniobras, porque el tanque sin combustible pesa 17 toneladas”.
Las autoridades pertinentes investigan las causas del descarrilamiento. Preliminarmente, algunos consideran que el exceso de humedad y la cercanía de la vía férrea a las aguas de la bahía reblandecieron el paso del ferrocarril.