El Versailles cumplió 50 años como historia viva del exilio cubano en Miami

(El Kentubano, edición 146, octubre 2021)

La historia y la vida cotidiana de la comunidad cubana de Miami, de su diáspora, es inconcebible sin este familiar restaurante fundado en 1971 por el cubano Felipe Valls, que llegó a Miami en 1960, con 25 años, después de que el Gobierno revolucionario confiscara los negocios de su familia. Con el adelanto de un mes de salario que le concedió el dueño de la compañía para la que trabajaba, Valls comenzó a importar con éxito cafeteras de Italia y España. Pronto regentaba ya su primer restaurante y, tras venderlo años después, “compró el terreno donde se encuentra la parte primera del Versailles”.

Cinco décadas después, con dos ampliaciones del local, el célebre Versailles preserva su buena cocina criolla y ese aire francés ligeramente kitsch de su brillante interior, con grandes cristales y espejos de época grabados.

Una decoración “que no tiene mucho que ver con lo cubano -reconoce Valls Jr.- y que estaba pensada al principio para acoger a los artistas y la farándula nocturna, a poetas y cantantes que entonces se reunían por la noche” en ese “primer” Versailles.

Hoy es parada obligada, sobre todo en tiempo de elecciones, para políticos que se acercan a saborear su café cortadito (tienen su propia tostadora de grano) y dejarse ver en la “ventanita” del local, una invención del fundador que hoy debería ser patrimonio cultural del condado de Miami-Dade. Por el Versailles han pasado prácticamente todos los presidentes estadounidenses desde al menos Ronald Reagan, con la excepción de Barack Obama, que se granjeó el rechazo de una buena parte del exilio por su política de “deshielo” en las relaciones con el Gobierno cubano.

Quizá los mandatarios más recordados por la fiel clientela cubana del Versailles, prosigue, sean George H. W. Bush (1989-1993) y su hijo George W. Bush (2001-2009)

El expresidente Bill Clinton (1993-2001) también apareció por el Versailles y disfrutó en el “salón de los espejos” de un sabroso bufé a base de lechón asado, moros (frijoles) y yuca, y como remate café. El pasado mes de noviembre tuvo lugar la celebración oficial de estas cinco décadas de vida del restaurante cubano más famoso del mundo. Durante la misma, el menú utilizado fue el original con los precios de la época.

La familia Valls celebró la fecha con la creación de un archivo público que recoja historias personales, material gráfico y recuerdos de sus clientes.

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