Gobierno cubano es responsable del desastre en Matanzas

El gobierno es el principal responsable del siniestro en la Base de Supertanqueros de Matanzas; que ya ha costado la vida a 17 cubanos, por no haber verificado y exigido el cumplimiento de las normas de conservación, modernización y mantenimiento del sistema antiincendios, que ha obligado a “improvisar” con el agua y a depender de donaciones extranjeras en equipos, medios y materiales químicos de extinción.

Foto fuente: diariodecuba.com

Las muertes de cubanos no debe quedar impunes y, quienes ordenaron y consintieron el ingreso de bomberos en la zona cero, deben asumir responsabilidades penales, en proporción a su nivel de responsabilidad en la toma de decisiones que han enlutado -hasta el momento- a 17 familias.

La Base de Supertanqueros de Matanzas es el mayor almacén de combustibles de Cuba, no la juguera de Matanzas, su construcción y puesta en marcha salió del lomo de los trabajadores y campesinos y la obligación primera de un gobierno es cuidar la propiedad estatal, sobre todo, cuando la letanía comunista asegura que es patrimonio del pueblo.

El reconocimiento del presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez de la “improvisación” en temas sensibles como el agua y la dependencia de donaciones extranjeras de equipos, medios y elementos químicos para la extinción del incendio, confirma que una industria de primera magnitud y un bien tan escaso como el petróleo estaba en manos de la Divina providencia.

Cuba no merece un gobierno irresponsable, carente de reflejos que le impiden distinguir lo importante de la urgencia y saturado de consignismo vacuo que no sirve para alimentar a las personas, curar a los enfermos e iluminar la vida de millones de cubanos aplastados por el comunismo de compadres.

Foto fuente: Cubitanow.com

Un vistazo a la última galería de la Presidencia de la República permite apreciar al mandatario y el resto de la casta verde oliva y enguayaberada protegidos con mascarillas; incluso en espacios techados, mientras los bomberos permanecen a cara descubierta; como ocurrió con los nasobucos protectores ante la pandemia de coronavirus, la mayimbada usando los homologados por la OMS y el pueblo con ripios de tela y otras ocurrencias de la cultura de la pobreza Made in FMC, CDR y ANAP; entre otros estafadores.

El viceprimer ministro a cargo de la Energía, el titular de Energía y Minas, su delegado en Matanzas, el director de la Base de supertanqueros, el representante del Ministerio del Interior en la provincia y sus principales dirigentes partidistas y gubernamentales deben ser destituidos por incumplimiento flagrante de sus deberes; posibilitando que un rayo haya desatado un infierno que abrasó a 17 cubanos, de ellos 16 aun pendientes de identificar; y cuyas consecuencias sanitarias y medioambientales están por cuantificar.

Tampoco hay que albergar muchas esperanzas en este sentido, ahí siguen en sus puestos Díaz-Canel, genocida guerracivilista e ilusionista salao; Manuel Marrero Cruz, mentecato corrupto e insultador de médicos; Alejandro Gil Fernández, capataz del empobrecimiento perpetuo y bolitero feliz; los ministros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Interior, apaleadores de miles de cubanos y el canciller, fans de Ricky Martin; un pasito palante; atacando a Estados Unidos, y un pasito patrás, cuando se trata de defender a los suyos; que ya no saben que brujería hacer para que acabe de largarse de la casona del Vedado.

En un segundo escalón de improvisadores (no confundir con repentista, que es profesión noble y sería) están los ministros  de Agricultura y Alimentaria, que comen y beben mucho, pero no dejan comer a los demás; el de Turismo sin turistas y cuajado de hoteles fantasmas; el de Comercio Exterior, hombre grande, pero que no hace negocios (Raúl dixit); la de Comercio Interior, organizadora de revolucionarias colas; la de Finanzas y Precios, conocida como la inflacionaria; el de Transportes, que no transporta, pero da agua al dominó; y el de Cultura, jugando a los escondidos desde el manotazo 27N.

Para consignas de baba sin quimbombó cuentan con la primera secretaria del partido comunista en Matanzas, Susely Morfa González, que convirtió su twitter en Pinocho, hasta que Rogelio Polanco la tuvo que llamar al orden ante sus desenfrenadas guayabas sobre el temible incendio. La feroz psicóloga (Aquí no se rinde nadie coj…) no es la única culpable de su psicofancia, solo la confirmación del bajo nivel de la dirigencia en el tardocastrismo, que premia alaridos y combatividad pueriles en vez del sentido de la responsabilidad, la coherencia y el trabajo bien hecho.

Muchos cubanos capaces y con dotes ejecutivas esquivan responsabilidades porque conocen las trampas de un sistema piramidal, que siempre premia el esfuerzo y nunca los resultados; como demuestra la fiebre de estos días oscuros y tristes en la isla.

El incendio ha facilitado la extensión de los apagones en horas y días; perpetrada en medio del sobrecogimiento popular antes las llamas y cuando el inservible gobierno cubano avanza resuelto como Juan, aquel personaje del chiste que prendió un fósforo para comprobar si había gas y había, había…

Fuente: Por Carlos Cabrera Pérez, cibercuba.com (Foto: LancasterOnline.com)

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