Panorama cubano: Las finanzas del régimen se hunden, mientras la deuda externa lo asfixia

Por Emilio Morales, diariodecuba.com

El panorama financiero del régimen cubano es realmente apocalíptico. El barco hace agua por todas partes y no hay manera de que se libere de la tempestad. El Gobierno no tiene un centavo y la inflación sigue impactando en la economía del país y en el difícil día a día de los cubanos. La caída de las exportaciones y el pesado lastre de la deuda externa son dos lápidas que el régimen cubano no puede sostener. Su resistencia al cambio de modelo le está pasando factura sin piedad.

La implementación de políticas erradas para tratar de apuntalar la economía se ha convertido en la práctica en verdaderos desastres financieros. No han sido más que una cadena de errores sobre otro. Las decisiones tomadas por un pequeño grupo de mediocres burócratas bajo la mirada vigilante de los oligarcas de GAESA ha sido la fórmula perfecta que ha encontrado el castrismo para destruirse así mismo. Este ha sido el mayor éxito de la “continuidad”. La ineptitud de estos individuos no tiene límites.

Hoy, gracias a estos errores, el país se encuentra inmerso en una crisis inflacionaria sin precedentes en las últimas seis décadas. Prácticamente ya no existen industrias en el país, casi no se produce nada, por eso el país apenas exporta. Los mayores ingresos en divisas que todavía obtiene el régimen provienen del programa de trata esclava de la exportación de personal médico —principalmente doctores— y de las remesas que envían los exiliados. Sin embargo, estos ingresos han disminuido considerablemente en los últimos años. Esto explica en parte la gran falta de divisas que tiene hoy el régimen cubano.

Una de las mayores catástrofes que han generado estas impopulares y desastrosas medidas como la implementación de las tiendas MLC, la Tarea Ordenamiento y el nuevo mercado cambiario ha sido la masiva migración que se ha producido hacia EEUU. Ya no solo el país se ha descapitalizado económicamente por la desaparición de sus industrias, la quiebra financiera, el desplome de la matriz energética, el sistema de salud, la industria azucarera, el transporte, la agricultura y el turismo, también se descapitaliza en sus recursos humanos.

En los últimos dos años, por una vía u otra, más de medio millón de cubanos ha emigrado a EEUU y más de otro millón y medio aguarda por el programa de parole humanitario. Este es el rechazo mas visible que ha recibido el régimen cubano a su gestión por parte del pueblo en mas de seis décadas de comunismo.

El argumento de culpar al embargo estadounidense de todos los males que aquejan a la economía cubana ya no funciona, ya nadie lo cree. ¿Cuál argumento le queda al régimen cubano para sobrevivir? ¿Cuál acción le queda al régimen en sus manos para transmitir esperanzas a las masas? Realmente ninguna. Han llegado a la etapa final de la involución. Es la etapa más difícil, la más dolorosa, pero sin duda la más necesaria e inevitable. Es la etapa que marca el punto final, el punto de no retorno. A partir de ahora cualquier desenlace es posible. Es solo cuestión de tiempo.

La deuda que asfixia

La falta de finanzas del régimen cubano no se va a resolver ni en el corto ni en el mediano plazo, salvo que haya un cambio abrupto del sistema. El régimen por sí mismo no va a resolver este problema, ni siquiera vendiendo el país. Ya es tarde. Sus socios políticos no le tienen “confianza económica”. Muy sencillo de comprender: no pagan, los mecanismos legales que soportan la actividad económica y comercial del país son obsoletos, no encajan en la economía mundial, ni siquiera son compatibles con los de sus socios políticos.  

El régimen ha desperdiciado oportunidades de oro para reestructurar su deuda. La oportunidad más grande ocurrió a raíz del deshielo, cuando en 2015 el régimen cubano reestructuró su deuda externa con acreedores de Japón, México, Rusia, Uruguay, China y el Club de París, logrando una reducción sustancial del 81,6% del total que debía en aquel entonces, lo que significó en su conjunto la condonación 42.089,9 millones de dólares.

En la actualidad, según los datos publicados por la ONEI, la deuda externa reconocida por el Gobierno cubano ronda los 19.618 millones de dólares, alrededor de la mitad de la deuda que le fue condonada hace siete años atrás, y casi la misma cantidad que el país necesita para recuperar su matriz energética y la industria azucarera.

Viendo esta realidad y después de haberle dado varias oportunidades para negociar, los acreedores del Club de Londres se cansaron de esperar y han comenzado a interponer demandas contra el régimen cubano, en el momento más caótico y de una crisis multisistémica sin precedentes que tiene al régimen al borde del colapso. Actualmente hay dos demandas en curso contra el régimen cubano. Una del Banco Industrial y Comercial de China, a través del ICBC Standard Bank, el cual ha iniciado un proceso judicial contra Cuba por aproximadamente 1.300 millones de dólares. Un valor 18 veces superior al monto reclamado por CFR I, la cual es de 72 millones de euros.

Cuba en realidad debe 46.000 millones de dólares, de los cuales solo reconocen alrededor de 20.000 millones. ¿Con estos antecedentes cual inversor va a ir a Cuba a invertir? Está más que demostrado que el actual modelo cubano no es un mercado de oportunidad para invertir, pues es uno de los mercados con más alto riesgo de inversión que existe en el mundo. Para que esta ecuación cambie la única opción que queda es un cambio de sistema. Al régimen cubano ya no le quedan benefactores que financien su parásita dependencia, nadie va a venir al rescate. Los regalos de petróleo que esta haciendo Andrés Manuel López Obrador son limitados, no durarán mucho tiempo, puesto que PEMEX está al borde de la quiebra.

Por otra parte, por mucho que el régimen cubano ha prometido a sus acreedores que va a pagar su abultada deuda de miles de millones de dólares, la realidad muestra que sigue sin cumplir sus compromisos y sus obligaciones de pago. Para la moribunda economía cubana esta situación les está impidiendo la obtención de líneas de créditos y está ahuyentando la llegada de los pocos inversores extranjeros que todavía miran con un poco de interés el mercado cubano. Las apuradas carreras de Cabrisas para ir a mendigar prórrogas al Club de París, a China, Emiratos Árabes y a cuanto acreedor visita en sus viajes de súplicas ya no funcionan. El argumento de que el embargo es la causa principal de la mora en los pagos tampoco funciona ya para ellos.

En otras palabras, el multimillonario paquete de dólares salvador no va a venir del exterior bajo este modelo. Esa posibilidad ya no existe.

La inflación imparable

Mientras tanto, la inflación sigue espiral arriba, no hay nada que la detenga. Los niveles de demanda desbordan todo tipo de oferta, aun con el engendro de las MIPYMES. El régimen no tiene capital para hacer frente a esta realidad. El mercado tampoco tiene condiciones para desarrollarse internamente. Las leyes mordazas impiden al ciudadano la generación de riquezas. El Estado topa los precios, persigue a los emprendedores, limita la extracción de efectivo de las cuentas bancarias, no deja extraer los dólares a las empresas, ni a los ciudadanos. Este bloqueo interno es el verdadero lastre que hoy hunde a la economía cubana. Sin embargo, el régimen tercamente se resiste a eliminarlo.

La Tarea Ordenamiento, la dolarización de la economía a costa de las tiendas MLC y el nuevo mercado cambiario pusieron la economía del país patas arriba. Actualmente más del 70% de la población vive en la pobreza. Por esta razón se ha desatado la estampida migratoria más alta que haya existido jamás en la historia del país, con medio millón de personas que han llegado a EEUU en los últimos dos años y más de 1,5 millones que están siendo reclamados a través del programa del parole humanitario. Realidad que se corrobora en los resultados de una encuesta recién publicados donde el 57,5% de los encuestados manifestó su deseo de querer emigrar.

Tasa de cambio en el mercado informal. Desde 1990 hasta 17 de octubre de 2023.

Fuente: Havana Consulting Group a partir de información publicada por múltiples fuentes.

El precio final de los productos importados en dólares por medio de las MIPYMES también se incrementa en la medida que el peso cubano declina su valor frente al dólar. Quien sufre este desequilibrio es el consumidor final. A esa situación se suma la escasez de efectivo que asfixia a los cubanos. Ante ese problema, las autoridades han anunciado como solución la gradual bancarización del país, haciendo que las personas tengan que pagar por bienes y servicios a través de transferencias electrónicas. Esto tampoco va a solucionar la crisis inflacionaria. De hecho, las plataformas de pago implementadas por el Gobierno son ineficientes, lentas y presentan muchos problemas. Mientras el país no produzca, esta bola de nieve seguirá creciendo, trayendo consigo una mayor profundización de la crisis, un aumento considerable del costo de la vida, de la corrupción y la inseguridad en las calles. 

Esta escalada inflacionaria ha dejado a los bancos prácticamente sin efectivo. La gente tiene que pasarse horas de fila en un banco para extraer efectivo. Los cajeros automáticos carecen de efectivo, por lo que dificulta mucho a los trabajadores y pensionados acceder a sus propios fondos para poder hacer sus compras.

El salario mínimo actual en la Isla es de 2.100CUP. Cada día que pasa pierde más su valor de compra. El 2 de agosto el cambio con respecto al dólar en el mercado informal estaba en 230CUP. El 17 de octubre estaba ya a 250CUP. Hace apenas un año y medio atrás era de 50CUP. En otras palabras, hace 18 meses el salario mínimo mensual era de 42 dólares, hoy es de 8,40 dólares. A esto hay que sumar que en 2021 un cartón de huevos se conseguía a 400CUP hoy a duras penas se puede conseguir a 3.000CUP.

El Gobierno se ha quedado sin herramientas para tratar de detener la inflación. En cambio, el mercado negro ha desbancado a la banca cubana y hoy es quien domina el mercado cambiario en el país. Este es otro acto de rebeldía ciudadana que el régimen no ha podido controlar. La inyección de dólares que llega a través de las remesas no llega a través de Western Union, llega de la mano de los propios cubanos que visitan la Isla, por eso GAESA ha perdido una buena parte del capital que recibía a través de las remesas. De cierta manera, el exilio está empoderando directamente a sus familiares y amigos evitando que los dólares caigan en las manos ladronas e intermediarias del régimen cubano.

Esta realidad también es muy difícil de cambiar, constituye un rechazo visible y palpable del exilio al régimen cubano. La respuesta es masiva, tan masiva como la propia estampida migratoria que hoy sacude al país.

Conclusiones

La crisis inflacionaria y la deuda externa son dos de los grandes caballos de batalla que están demoliendo sin piedad al castrismo de manos del propio proceso de continuidad.  El sistema ya no tiene salida, han quemado todas las naves. Es insalvable, es irreformable. El PCC lo sabe y trata de estirar la agonía del régimen como patada de ahogado, hasta que la falta de oxígeno corte el suspiro final.

En la más reciente entrevista suya divulgada por la televisión cubana, el mediocre presidente Miguel Díaz-Canel no tenía argumentos para justificar la crisis que atraviesa el país, de la cual él es uno de los máximos responsables. Como era de esperar, el gran culpable es el embargo. Se quejaba de que los cubanos que abandonaban el país eran unos fracasados. En realidad, los fracasados son él y el sistema diabólico que representa, así lo atestiguan las aplastantes estadísticas que inobjetablemente reflejan claramente la bancarrota económica, política y social en la que está sumido el régimen cubano.

Pero los tiempos de hacer malabares se están acabando, ya el circo ha perdido a su auditorio. El pueblo ya ni siquiera escucha los lamentos y las mentiras de Díaz-Canel y mucho menos de sus ministros acompañantes. Hasta los generales cubanos están hartos de oír las tonterías y las estupideces del señor presidente. El nonagenario general se sumerge en el vodka ruso en sus últimos días viendo como a toda velocidad y sin tirar un tiro se desmorona la revolución que él y su hermano impusieron a golpe de bayonetas, como mismo se derrumban hoy los viejos edificios de La Habana Vieja.  Mientras tanto, los familiares preparan sus maletas para partir en la hora cero, cuando el general cuatro estrellas pase a mejor vida y se destape la nueva lucha por el poder.

Matemáticamente, ya la cuenta no da para la sobrevivencia del régimen, y Díaz-Canel lo sabe. Lo saben también los inversionistas extranjeros, los inversionistas que apostaron a invertir en Cuba y que hoy lo lamentan. Lo saben también los aliados políticos más cercanos, por eso no invierten en el país. Los números no engañan, todo lo contrario, manifiestan una verdad irrebatible: el país está completamente quebrado, como también lo está la ideología del régimen.

Mientras tanto, el poderoso músculo financiero del exilio cubano ha dado un fuerte puñetazo en la mesa sacando a más de medio millón de cubanos del país en tan solo dos años y patrocinando la salida de otro millón y medio. Ha preferido esta solución antes de embarcarse en proyectos de inversión en la Isla con sus familiares y amigos a través de las cacareadas MIPYMES.

Esta señal de poderío económico envía un claro mensaje de que el exilio está listo para recuperar el país y de forma rápida cuando los cubanos de la Isla se decidan a tener otro sistema. Un sistema democrático que proteja los derechos de todos los cubanos y les permita construir un país con oportunidades para todos.

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