Pueblos y lugares: El Callejón de Hamel

El Callejón de Hamel

(El Kentubano, edición 117, abril 2019)

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Es el primer mural en la vía pública dedicado a la cultura afrocubana, situado en la barriada de Cayo Hueso.

Su nombre fue escogido en honor a Fernando Belleau Hamel, un norteamericano de origen franco-alemán que, a principios del siglo XX, decidió comprar el terreno, levantar un negocio y dar trabajo a numerosas personas, principalmente negras y chinas. Allí organizó un negocio de materia prima y fundición, puso a trabajar a negros y chinos, e incluso les construyó casas, acto generoso que no pasó desapercibido, pues años más tarde una pequeña callejuela tomó su nombre.

Pero su origen como el Callejón de Hamel y foco de cultura afrocubana no tuvo lugar hasta el 21 de abril de 1990, cuando se constituyó como proyecto cultural comunitario gracias al artista Salvador González Escalona.

Este pintor llegó al callejón para crear un mural en casa de un amigo, pero digamos que se le fue la mano y empezó a pintar muchas otras fachadas hasta entonces desvencijadas.DSC_0147

Sin premeditación, los vecinos empezaron a unirse a Salvador González, naciendo así un lugar que representa a toda una comunidad y que hoy difunde la riqueza de la cultura afrocubana. Su objetivo era brindar el arte creador al pueblo, revitalizando una calle olvidada por el tiempo y por la ciudad, con una Galería de Arte, donde el propio barrio formaría parte indisoluble de una creación única en su género, en el país y en el mundo, que estuviera siempre al alcance de niños, ancianos, obreros y profesionales

El Callejón de Hamel solo cuenta con 200 metros de extensión. Sin embargo, en un corto espacio se fusionan las artes plásticas, la escultura, la música, la poesía y la religión Yoruba.

En el Callejón se rinde tributo a la cultura afrocubana, algunas obras están hechas de restos de viejas bicicletas o de bañeras abandonadas, relucientes ahora luego de tomar color. Además, existe un Nganga, lugar sagrado para la celebración de los ritos de la religión de Palo Monte. El atractivo de este callejón radica en los coloridos murales que adornan todas sus paredes y que representan como ninguno el sincretismo religioso y cultural de la isla.

Los dibujos reproducen a distintos dioses y orishas, símbolos espirituales y animales, con poemas o leyendas escritas en ellos, sobre la vida, el amor, la dignidad, etc. En dicho lugar, además, el visitante puede encontrar productos que están asociados a trabajos y ritos afrocubanos. Este callejón es también un espacio en el que el arte y la comunidad interactúan; donde se realizan festivales en los que participan niños y vecinos de la zona.

Lo que empezó siendo una simpl09-900e manifestación callejera de arte y cultura afrocubana se ha convertido en un referente y una especie de santuario para todo aquel cubano que siente que sus raíces siguen vivas y no está dispuesto a renegar de ellas. En la calle hay música a todas horas, bien de los aparatos de radio o bien de músicos callejeros. Desde allí se organizan muchas matinés, que son como pequeños conciertos donde se canta, se baila y se bebe generalmente al mediodía o recién entrada la tarde.

Desde el primer día de su fundación se realizaron espectáculos y actuaciones con agrupaciones importantes y figuras destacadas como: Merceditas Valdés, Celeste Mendoza, Yoruba Andabó, Clave y Guaguancó y muchas más. No es hasta el año 1993, que se empiezan a realizar las actividades sistemáticas de todo tipo para todas las edades con el objetivo de enriquecer el acervo cultural del pueblo y darlo a conocer a todo el que los visita.

Fuentes: ecured.cu; travelmesoftly.com

 

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