Deporte local: Ramón Pileta, un gigante del judo olímpico en Louisville

Ramón Pileta, un gigante del judo olímpico en Louisvillejudoca-cubano-honduras  

Por Yany Díaz, El Kentubano edición 113, diciembre 2018

Ramón Pileta bien podría llamarse gigante por los 1.85 metros de estatura y la complexión física que lo acompaña, pero para quienes no lo conocen, no saben que tras sus espaldas carga una amplia carrera deportiva, que, por sus logros, no solo lo llevó a representar a su país, sino también a defender la bandera de Honduras en la contienda olímpica de Rio 2016.

Natural de la provincia de Holguín, al oriente de Cuba, Pileta comenzó desde temprana edad su incursión por el deporte del tatami.

“Desde que tengo uso de razón sólo he practicado deporte, es decir todo lo que conozco ¡Hasta el estar en este país se lo debo al deporte! Prácticamente toda mi vida se la he entregado al deporte”.Ramon+Pileta+Judo+Olympics+Day+7+XizzyZxRm4kl

– ¿Cómo fueron los inicios en el deporte?

“Llegué al judo gracias a un señor que se llama, José Decon. Yo era el más grande de mi aula y en aquellos tiempos “de abundancia”, los profesores pasaban por las aulas y el que a ellos le gustaba, a ese escogían. A mí me gustaba el fútbol, pero ya los profesores de judo me habían “echado el ojo” y yo más bien me les escondía, hasta que parece que ya no aguantaron más y me fueron a buscar al campo de fútbol. Sin muchos rodeos hablaron con el entrenador, y como a este le sobraban muchachos en el equipo de futbol, el entrenador de ese deporte me regaló prácticamente con los ojos cerrados a los profesores de judo. Ironías de la vida porque yo soy fanático de cualquier deporte, pero el que más sigo y me gusta es el fútbol”.

Tras una carrera consolidada en Cuba, y cuando ya ni pensaba competir otra vez a un nivel superior, Ramón viajó a Honduras, país que lo adoptó y al que representó en ambientes competitivos.

“¿Salir de Cuba? ¡Qué va, si yo ni lo tenía en mente! Solo pensaba en terminar la carrera y después quedarme como otro entrenador más en Holguín. Sin embargo, para que veas lo que es conocer amistades y dar buen ejemplo; antes de salir del equipo nacional habían hecho una base de entrenamiento en Cuba para un torneo y conocí a Luis Morán, un atleta de Honduras. Entrenábamos juntos casi todos los días e hicimos amistad, pero él se fue para Honduras; pasó el tiempo y como es natural, ya yo no estaba en el equipo principal. Pero como al año recibí una llamada a mi casa en Holguín y era Luis, el socio hondureño, ofreciéndome invitarme a Honduras para que lo entrenara. Y le tomé la palabra…

En ese país llegué en el año 2007 y planté bandera. Realmente la siento como mi segunda patria pues allí hice familia y además tuve el gran honor de competir y representarlos en los Juegos Olímpicos de Río 2016”.

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A su vez, el holguinero recuerda que ya el deporte que practicó no muestra en la Isla los mismos resultados de antaño. “Mira, los tiempos de ahora no eran como los de antes, bueno te debes de dar cuenta que el nivel de Cuba ha bajado considerablemente desde hace ya varios años, antes había más deseo de salir hacia adelante, eran otros tiempos, se entrenaba con amor al deporte, cada compañero ya sea de cualquier deporte sólo pensaba en llegar al Equipo Nacional y representar su país, esa era la meta, y era lo que los entrenadores nos lo inculcaban a diario”.

 

 

– Pregunta casi obligada, por la pasión con la que habla de sus retoños: ¿Sueña Ramón Pileta con entrenar a alguno de sus hijos?

– “Lo que más quisiera es que tuvieran, primeramente, una buena educación, luego el deporte. Pero contestando la pregunta, no es bueno entrenar a un hijo tuyo porque para ser un gran deportista se requiere de mucho sacrificio y voluntad. Debes de ser duro con el alumno. El entrenador tiene que ser alguien imparcial no puede tener favoritismos, sin embargo, si escogen ese camino, seguro que yo los apoyaré en todo momento.”

 

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