La Hispanidad y los hispanos, por y para los Estados Unidos

Debemos luchar para no ser esclavos sino prósperos, alejándonos de la plantación ideológica que la izquierda estadounidense a través de los medios, la educación y la política.

Cuando pensamos en la presencia de los hispanos en los Estados Unidos, automáticamente la mayoría tiende a relacionarlo erróneamente con el fenómeno provocado por una emigración masiva y desordenada más o menos reciente. Pero, como bien aclara el historiador español y fundador del Spanish Heritage in the Americas Antonio Moreno,

“eso es injusto, porque la Hispanidad lleva siglos en Estados Unidos. De hecho, la ciudad de San Agustín de la Florida constituye la primera fundación europea en el territorio estadounidense y data de septiembre de 1565. Un año antes, en la Florida hispánica se celebró el que debería ser considerado como el primer Día de Acción de Gracias, el 8 de septiembre de 1564, cuando Pedro Menéndez de Avilés compartió misa y banquete con algunos nativos saturiwa (…) Asimismo, la primera Navidad que se celebró en la América más norteña fue gracias a Hernando de Soto, quien, habiendo partido de Cuba, desembarcó en la Bahía de Tampa para aventurarse en un viaje que le llevaría desde Florida a Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Tennessee, Alabama, Mississippi, Arkansas y Luisiana. Sin embargo, antes inclusive de realizar aquel viaje hubo tiempo para celebrar la Navidad, en 1539 en Anhaica, actual Tallahassee, capital de Florida.

Además, como indica Moreno, debemos recordar que desde 1763 a 1803 Luisiana perteneció a la Monarquía Hispánica:

No hablamos del actual estado del sureste, sino de un vasto territorio que comprendía el antiguo camino francés hacia el Canadá; siendo que desde aquella gobernación española se apoyó la independencia de los Estados Unidos con soldados de los actuales territorios de España, Puerto Rico, Cuba, República Dominicana, Costa Rica, Venezuela y Perú, entre otros (…), con una notable cantidad de avituallamiento y dinero.” 

Fue gracias a aquella armada invencible, liderada por Bernardo de Gálvez como gobernador de la Luisiana, que los británicos fueron derrotados desde el Golfo de México hasta el Mississippi, y también gracias a victorias gloriosas como las de Pensacola y Mobila se consolidó y logró el nacimiento de los Estados Unidos de América. De hecho, Bernardo de Gálvez fue nombrado ciudadano honorario a título póstumo y por fin reconocido.  

Además, la lengua española llegó a los Estados Unidos en el siglo XVI, hablándose ininterrumpidamente en Nuevo México y Luisiana por descendientes de españoles y criollos. A la fecha, es la segunda lengua más hablada por millones de estadounidenses.

Ciudades que todo el mundo identifica como americanísimas, tales como Los Ángeles, San Francisco o San Antonio, llevan el nombre en nuestra lengua y fueron fundadas por españoles y defendidas como cunas de la Hispanidad. ¿Y qué decir de El Álamo?

“Somos hispanos en, por y para la defensa de los Estados Unidos, y nuestra historia nos demuestra que no creemos en lo imposible.”

Texas, uno de los estados más conservadores y prósperos de los Estados Unidos en la actualidad, tiene una inequívoca historia hispánica que debe ser conocida por todos y es parte de nuestro orgullo. De Texas es Bill Flores, por cierto, representante republicano del 17º distrito del Estado de la Estrella Solitaria en la Cámara de Representantes, cuyos antepasados llegaron en 1725. 

De costa a costa, podríamos admirar las misiones, los fortines y los caminos reales que construyeron nuestros antepasados como geniales infraestructuras que día a día nos recuerdan, con su belleza arquitectónica y su funcionalidad, lo mejor de nuestro pasado. 

En definitiva, es hora de reconocer todos los aportes de la Hispanidad a los Estados Unidos, y esto depende en parte de dar a conocer nuestra historia, lo que seguro logrará que nos sintamos también mucho más orgullosos de ser hispanos y caminemos con mayor seguridad y autoestima. Aquí somos una verdadera familia con una historia común, unos valores y una cultura muy preciada, lo que nos permitirá triunfar y desarrollarnos en muchísimos campos, como la historia, la economía o la política. Por cierto, la historia hispana de los EEUU no es algo “exclusivamente español europeo”, y es por eso que no podemos permitir que se borre nuestro legado, ya que, como indica Moreno,

España se hizo en América y América quedó para siempre fundada e impregnada de la cultura hispana.

Pero también es hora de que afrontemos los problemas y defendamos nuestros valores conservadores como comunidad mayoritariamente creyente que somos; valores que tienen muchas raíces en los Estados Unidos y que deben imprimirse con fuerza y libertad frente a la tiranía woke que pretende erigirse, y que supone ya la gran amenaza de globalistas. 

Si estuvimos presentes antes, durante y hasta en la independencia de los Estados Unidos, debemos comprometernos de nuevo con la defensa de la libertad en este gran país. Y lo haremos recordando nuestras gestas, conscientes de lo mucho que nos jugamos y queremos aportar en estos tiempos tan difíciles. Recordar es mucho más que vivir. Conlleva además ser conscientes de que podemos y debemos luchar para no ser esclavos sino prósperos, alejándonos de la plantación ideológica que la izquierda estadounidense, a través de los medios, la educación y la política, pretende instaurar para dar satisfacción a sus nefastos delirios ideológicos. 

Somos hispanos en, por y para la defensa de los Estados Unidos, y nuestra historia nos demuestra que no creemos en lo imposible. ¿O acaso no fue hispana la primera vuelta al mundo, cuyo quinto centenario estamos celebrando este mismo año? ¡Viva la Hispanidad!

Por María Herrera Mellado, voz.us

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