Rostros locales: Bailando rumba habanera en Kentucky
Este año el icónico restaurante Havana Rumba cumple su aniversario 20… Esta es la historia de un ingeniero civil que se convirtió en chef de cocina y hoy día maneja exitosamente los mejores restaurantes cubanos de nuestro estado.
Artículo publicado hace 10 años, en edición No. 61 (Agosto 2014)
El Kentubano, exaltando, reconociendo, y aplaudiendo las buenas obras y a los líderes de nuestra comunidad
Marcos Lorenzo se considera un hombre feliz. Rodeado de una linda familia y un gran grupo de amistades disfruta su vida haciendo lo que descubrió al poco tiempo de llegar a Kentucky: la pasion por la cocina. Este orgullo Kentubano es el rostro oculto del que se considera el mejor restaurante cubano de todo el estado, y nos atrevemos a decir, uno de los mejores que hoy día existen en todo el país, El Havana Rumba.
La playa, el tenis y la ingeniería
Marcos nació en Marianao, La Habana, y como su casa estaba cerca del mar, no fue extraño que desde temprano desarrollara su gusto por la playa y por el deporte de tenis, o cancha, como se le conoce popularmente en la Isla.
Al concluir su estudios de pre-universitario, obtuvo una beca para estudiar “Ingenería en Construcción de Puentes” en la extinta Unión Soviética, por lo que vivió durante tres años en la ciudad de San Petersburgo, Rusia. Al ocurrir la caída del Muro de Berlín, los estudiantes cubanos que estaban allá fueron devueltos para Cuba, entre ellos Marcos, el cual debió terminar sus estudios en el ISPJAE (conocido como la CUJAE), graduandose de Ingeniero Civil.
Durante los años siguientes, el jóven Ingeniero trabajó en su campo, y entre las obras importantes en que puso sus conocimientos estuvieron la remodelacion capital del “Teatro Amadeo Roldán” y las modificaciones de los pabellones de “Expocuba”, ambas en La Habana.
La partida, nueva vida
A pesar de tener un título y un trabajo profesional en Cuba, la falta de oportunidades, de libertad y de motivaciones para soñar en grande, Marcos decidió irse de la Isla y buscar un futuro próspero en EEUU. Así, en el año 2000 obtuvo una visa para visitar México y desde allá vino directamente para Louisville, KY.
Como todo inmigrante recién llegado, el primer trabajo de Marcos fue cortador de césped. Los $6.00 que devengaba por hora de trabajo no le permitían darse muchos gustos, al contrario, vivía reducido y ahorrando cada centavo que podía para poder lograr su primera prioridad: poder traer a su familia. Trabajó duro durante 6 meses en la jardinería, hasta que se acabó la temporada de verano y con ella el trabajo. Fueron tiempos difíciles, nos dice, sobre todo por la limitación en el idioma inglés, el cual no hablaba nada; pero en cambio, a Marcos le sobraba confianza y perseverancia, pues sabía que ese sacrificio se traduciría en beneficio futuro para él y para su familia.
De esas desventajas él supo sacar provecho, pues trabajaba con dos americanos que no hablaban nada de español, por lo que experimentó muchos momentos de frustraciones, penas y malos ratos.
Finalmente, en el 2001 su familia llegó a este país y juntos emprendieron un camino que muy pronto les cambiaría, porque al poco tiempo, con ese poquito de inglés que Marcos logró aprender, pudo conseguir trabajo de mesero en un restaurante local. Fue allí donde su vida le mostró un camino nuevo que decidió tomar, el camino del negocio de restaurantes.
Lo que existe detrás de un buen restaurante
Marcos nos cuenta que “el primer restaurante Havana Rumba lo abrimos en Septiembre de 2004, era bien pequeñito, solo tenía 16 mesas, “hecho a pulmón” como decimos los cubanos. Usamos hasta el último centavo y la última tarjeta de crédito que pudimos conseguir, pues aunque fuimos a varios bancos, ninguno nos prestó el dinero que necesitábamos. Era entendible, puesto que aunque teníamos la experiencia requerida para el tipo de negocio que aplicábamos, este era considerado una inversión de alto riesgo, al mostrar las estadísticas del banco que solo un 5% de ellos sobrevive en el tiempo. Pero allí estábamos nosotros, perseverando y llenos de ilusiones, por lo que todos los obstáculos fueron vencidos poco a poco”.
Según Marcos, el tema de restaurantes es un negocio difícil y muy sacrificado, ya que entre otras penurias, los días más ocupados son los fines de semana, sobre todo las noches, lo que significa pasar mucho tiempo alejado de la familia; y como dueño, siempre tienes que estar dispuesto a hacer lo que sea necesario en el momento que sea necesario para se continúe operando y el cliente se marche satisfecho de su visita. – “Cuando tu apuestas porque tu negocio prospere, tienes que sacrificar los buenos ratos con la familia, con los amigos, e incluso con la pasión de hacer lo que te gusta en el mismo restaurante, yo por ejemplo he trabajado lo mismo de cantinero (bartender), mesero, cocinero, preparador de platos, hasta lavaplatos cuando ha sido necesario”.– nos dice.
El arte de la cocina
Y ademas nos confiesa: “Parte del éxito que hemos tenido es que desde el principio nuestro estilo de cocina cubana fue modificado para el paladar de los americanos, ya que aquí es donde vivimos y hacemos nuestro negocio. En el Havana Rumba cocinamos balanceando los sazones, tratando de mantener un equilibrio agradable al paladar teniendo cuidado en no sobre sazonar, pues es algo muy típico en nuestra cocina de nuestro hogar que decimos <mientras más sazón, mejor>; así muchas veces en casa le ponemos manteca de puerco a todo, chicharrón o bacón al congrí, el pollo con pellejo y hueso, y aunque no niego que con esos ingredientes la comida sabe mejor, pero todas estas cosas son las que no le gustan a los americanos, ellos se inclinan más hacia lo saludable, por eso la manteca la sustituimos por aceite de oliva, siempre estamos en busca de mejores ingredientes y los estilos de cocer más saludables. También recuerden que en Cuba no hay muchos vegetarianos, pero aquí abundan mucho; tengan esto en consideración el día que inviten amistades a su casa, ya que en nuestra tierra eso ni se pregunta.“
La cadena de restaurantes Havana Rumba
Luego de la prueba de fuego del primer año, el restaurante original había tenido una gran aceptación y ya no daban abasto, así que decidieron ampliar el restaurante y para ello tomaron el local contiguo. Se expandió la cocina, el salón y se le adicionó un bar. Las criticas de los medios de difusión y críticos locales se hicieron eco del exquisito sabor de la comida, la impecable presentación de la misma, el ambiente acogedor, y el esmerado servicio del exótico restaurante cubano. Esto posibilitó que continuara su desarrollo y las posibilidades de expansión. Al año siguiente fue abierto el nuevo restaurante “Mojito Tapas Restaurant”, y poco a poco la compañía continuó creciendo con la apertura de “Havana Rumba II” de Middletown, y el nacimiento el pasado año del “Havana Rumba III” en Bardstown Rd.
Según Marcos, “Es un sentimiento enorme de satisfacción que el Havana Rumba ya sea parte de la historia de Louisville y sea un restaurante conocido en todo el estado; de la misma manera que nos sentimos muy orgullosos de mantener en alto, por más de 10 años el nombre de Cuba y de su cocina con nuestros restaurantes; de haber traído parte de nuestra cultura a esta ciudad y todo este éxito nos inspira a trabajar más duro para mantener nuestros restaurantes entre los más populares de la ciudad”.
Mensaje a los lectores de El Kentubano
“Aprovecho para trasmitirle mi mensaje a los lectores de El Kentubano: En este país lo que se propongan lo van a lograr siempre que pongan toda su energía, inteligencia y corazón. Yo me siento feliz de ver todos los negocios cubanos que abren todos los años, como hemos ido creciendo y nos hacemos presentes cada día más. A todos aquellos emprendedores que quieren abrir su propio negocio, mi concejo es que adquieran un poco de experiencia primero, no se lancen si no saben, que trabajen en la rama por unos añitos para otras compañías que sean exitosas, lo que posibilita que aprendan y cobren por ello al mismo tiempo, y así tendrán más posibilidades de lograr el éxito. Aquí en Havana Rumba y Mojito Tapas Restaurante tienen su casa, y con toda confianza pueden traer a sus amigos de cualquier nacionalidad que nosotros nunca los defraudaremos.“