Rostros locales: Jonathan Arias, soñar en grande y trabajar duro
El Kentubano, edición 108, Julio 2018
Mi papá quería que yo fuera boxeador, sin embargo, la pasión por el baile superó la que sentía por el deporte, así nos cuenta Jonathan Arias Cordero. Este joven cubano de 16 años, recién llegado de Cuba a Louisville y natural de la provincia de Camagüey, defiende su interés por la danza y su aspiración de dedicarse en un futuro a ella.
¿Cómo fueron tus comienzos?
Comencé en la compañía de aficionados Conjunto Arlequín, allí fue donde aprendí a bailar, fue mi escuela y en donde fui adquiriendo no solo la experiencia sino a desenvolverme en los diferentes estilos de bailes. Con este grupo tuve la oportunidad no solo de crecer sino de descubrir que bailando podía ser yo mismo y que realmente disfrutaba lo que estaba haciendo. En noviembre de 2017 comencé a bailar en una compañía profesional llamada TMD De Cuba en la cual permanecí hasta que vine para Estados Unidos.
¿Cuáles son tus aspiraciones para el futuro?
Cuando vine a este país, dejaba atrás todo lo que había aprendido en 9 años para experimentar otros estilos de baile, pero cuando hay interés y perseverancia, no hay límites. He llegado a Estados Unidos a avanzar más en mis conocimientos como bailarín y poder superarme en todos los campos del arte y me siento feliz, porque cuando mi papá me ve bailar, a todos les cuenta con orgullo: “ese es mi chamaco”.
¿Qué estilos musicales te interesan hoy?
En mi escuela me ha llamado la atención el hip hop y algunos estilos americanos que no son totalmente nuevos, pero que me interesa incorporarlos y mezclarlos con los que aprendí.
Conversar con Arias Cordero nos remite al destacado bailarín cubano Carlos Acosta, por la constancia y el empeño de defender un arte, que como expresa en más de una ocasión, no solo revela lo más sublime del alma, sino que también corre por las venas. “Soñar en grande y trabajar duro”, así define como meta Jonathan, un joven que, quizás en unos años ponga en alto el talento artístico cubano en los Estados Unidos.
Por Yany Díaz, El Kentubano