Concluidas las “consultas” al nuevo Proyecto de Constitución
Pedidos de garantía para “todas las formas de pensamiento político”, demandas para que termine “la lucha descarnada contra la riqueza que ha llevado al empobrecimiento en Cuba”, el apoyo al matrimonio igualitario por un amplio sector de la sociedad o el abierto rechazo protagonizado por congregaciones religiosas han signado el “debate” del Proyecto de Constitución durante los últimos tres meses.
Esta semana, cuando el Gobierno ha dado por terminadas las “consultas” que a nivel de barrios, centros laborales y estudiantiles ha organizado, se cierra otro capítulo del proceso hacia el establecimiento de una nueva Ley de leyes tutelado por el Partido Comunista de Cuba.
La prensa oficial, como es norma, ha dado seguimiento al “debate popular”, pero lejos del que se suscita en las calles. En formato de humor, en la voz e imagen de Pánfilo y sus vecinos en Vivir del cuento, ha llegado un auténtico ejemplo.
Con un matiz mucho más serio está la polémica suscitada en la UNEAC. Miembros de la organización oficialista se quejaron por la decisión de no poder discutir el futuro constitucional de la Isla con la intelectualidad en pleno. La presidencia justificó su medida después de acusar a medios independientes de “tergiversar la naturaleza de los debates”.
En cifras frías que recogen algunos medios estatales como Prensa Latina, ya el lunes pasado algunas de las 15 provincias, como Ciego de Ávila y Sancti Spíritus, reportaron el cierre del proceso que comenzó el 13 de agosto: una fecha llena de simbolismo para el Gobierno, el cumpleaños del difunto Fidel Castro.
Según uno de los últimos partes oficiales, habían sido celebradas 110.000 reuniones con la participación de más de 7.370.100 personas.
Como anunció el MINREX en agosto, también los cubanos en el exterior han podido realizar “propuestas y comentarios” en torno al texto aprobado el 22 de julio por la Asamblea Nacional del Poder Popular.
El Gobierno esperaba entonces que los casi 1.400.000 cubanos dispersos por unos 120 países se involucraran en el proceso siempre que no incluyeran posiciones contrarias a su elección de sistema.
En la prensa estatal abundan los reportes de debates y opiniones vertidas en la página establecida para este fin, pero circunscritos a las “misiones” que el Gobierno mantiene desplegadas en el extranjero y a asociaciones afines.
A principios de noviembre, el secretario del Consejo de Estado, Homero Acosta Álvarez, volvió a presentar el proceso de “consulta popular” como “un ejercicio único”, no solo para la Isla, “sino también en el mundo”.
De los 755 párrafos que contempla el texto, solo ocho no han sido objeto de propuestas de modificación, adición, eliminación o duda, dijo.
Un equipo nacional se ocupa de procesar las opiniones sobre determinados temas de la Constitución, que también “servirán de base para futuras reformas legislativas”, añadieron otras autoridades.
Hasta el momento, se ha procesado el 81% de las propuestas que llegaron a manos de los designados en un primer momento.
El papel del Partido Comunista de Cuba dentro de la Constitución es un tema que sigue entre los más cuestionados.
¿Dónde está el poder del pueblo en la futura Constitución?
En un reciente programa transmitido en la Televisión se informó que se han procesado actas de 111.872 reuniones; 1.445.289 intervenciones; 659.527 propuestas; 560.003 modificaciones; 27.238 adiciones; 38.505 eliminaciones y 33.781 dudas.
En término generales, los párrafos que han recibido más propuestas son el 192 del Artículo 68, sobre el matrimonio; el 403 del Artículo 121: “El Presidente de la República puede ejercer su cargo hasta dos periodos consecutivos, luego de lo cual no puede desempeñarlo nuevamente”, además del 119 del Artículo 31: “El trabajo es un valor primordial de nuestra sociedad…”
También han recibido mayor atención el párrafo 405 del Artículo 122: “Se exige además tener hasta 60 años de edad para ser elegido en este cargo en un primer periodo…”; el 566 del Artículo 165: “En cada provincia rige un Gobierno Provincial conformado por un Gobernador y un consejo provincial…”, y el párrafo 158-f) del Artículo 48: “recibir asistencia jurídica para ejercer su defensa…”
Otros párrafos con mayor cantidad de propuestas son el 401 del Artículo 121: “El Presidente de la República es elegido por la Asamblea Nacional del Poder Popular de entre sus diputados”; el 572 del Artículo 170: “El Gobernador Provincial es designado a propuesta del Presidente de la República”, y el 215-Artículo 82: “Se reconoce el derecho de las personas a una vivienda digna”.
Fuera del marco de la prensa oficial, se sabe que la elección directa del presidente y el derecho a invertir en la Isla son algunas de las peticiones más repetidas de los cubanos ante la reforma constitucional. El director de cine Ernesto Daranas lo volvió a hacer patente. También están los reclamos de salarios “que alcancen” para vivir y los cuestionamientos a la posibilidad de que se cobre la educación superior.
Opositores al régimen, figuras internacionales e incluso cubanos de a pie consideran que la nueva Constitución está destinada a cimentar el sistema actual y blindar el legado del castrismo antes de la muerte y el retiro definitivo de la llamada “generación histórica”.
Rechazan que el nuevo texto constitucional que se prepara en Cuba “no incluye el respeto a varios derechos fundamentales, entre ellos la existencia de partidos políticos, la libertad de prensa, reunión y asociación”, por tanto “no responde a los principios democráticos ni a la pluralidad política y social de la sociedad cubana”.
El proyecto contempla el reconocimiento de la propiedad privada y divide en varias figuras el poder del Estado, pero mantiene sobre todos ellos el poder del PCC.
Aunque el texto ya no se refiere a la construcción de la sociedad comunista sino de un “Estado socialista de derecho”, mantiene que el socialismo es “irrevocable” en Cuba.
Diversifica los actores económicos y sociales como los dueños de pequeños negocios y establece la no discriminación de la identidad sexual, por un lado; pero por otro mantiene los medios de prensa bajo la propiedad estatal y la regulación de la concentración de la riqueza.
El documento incluye además la mención de la traición a la patria y pide la sentencia máxima para quienes la cometan, lo que en Cuba significa pena de muerte.
A pesar de que la prensa estatal, dígase el Gobierno, presenta la constitución como “una obra colectiva”, existen imprecisiones y contradicciones en nueve de los artículos que describen la estructura de poder en Cuba. Entonces, ¿dónde está el poder del pueblo en el Proyecto de Constitución?
Fuente: Diariodecuba.com