Cuba reportan la tasa de mortalidad infantil más baja de su historia

El Gobierno dijo este miércoles que Cuba cerró 2018 con un índice de mortalidad infantil de menos de cuatro por cada 1.000 nacidos vivos, una cifra cuestionable que los expertos rechazan.

Según La Habana, es el índice más bajo de la historia por segundo año consecutivo: 3,9 por cada mil nacidos vivos, lo que supone una disminución respecto a 2017, cuando dijo haber tenido una tasa de 4,04.

Enfermeras junto a la madre atienden a los niños Yainelys de la Caridad, Yeiner y Yeinel, trillizos nacidos en el hospital materno infantil Ana Betancourt, en Camagüey, el 10 de agosto de 2015. AIN FOTO/ Rodolfo BLANCO CUÉ/sdl

Un reporte publicado por el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista, indicó que en 2018 hubo en Cuba 116.320 nacimientos, 1.349 más que en 2017, y se registraron 461 defunciones en niños menores de un año, cuatro menos que en 2018.

Las zonas del país con tasas más bajas reportadas fueron el municipio especial Isla de la Juventud, con 2,1, y las provincias Camagüey (2,6), Cienfuegos (2,7), Granma (2,8) y Sancti Spíritus (2,9).

Los índices más altos de defunciones se registraron en Guantánamo (7,3), Mayabeque (6,3), La Habana (4,9), Ciego de Ávila (4,4) y Matanzas (4,1).

El jefe del departamento materno-infantil del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), Roberto Álvarez, dijo que en la bajada de la tasa de mortalidad infantil influyeron las acciones para perfeccionar el Programa del Médico y la Enfermera de la Familia y el desarrollo alcanzado por la genética médica comunitaria.

Añadió que el programa de diagnóstico, manejo y prevención de defectos congénitos y enfermedades genéticas ha permitido mantener durante seis años consecutivos la tasa de mortalidad infantil por defectos congénitos por debajo de uno por cada 1.000 nacidos vivos. En 2018 fue de 0,8.

El Gobierno cubano suele ser acusado de falta de transparencia sobre el modo en que calcula la mortalidad infantil; de presionar a los médicos para que falseen cifras sobre defunciones en el primer año de vida, y de evitar que embarazos que puedan poner en peligro sus datos lleguen a término, entre otras irregularidades.

En un estudio publicado en junio pasado por la revista Health Policy and Planning, los economistas Vincent Geloso y Benjamin Powell, junto con el profesor de Medicina Gilbert Berdine, analizan los datos del sistema de salud de la Isla y concluyeron que buena parte de su aparente éxito se debe a la manipulación estadística y a la represión estatal.

A juicio de esos expertos, el Gobierno cubano “reclasifica” muertes ocurridas en la primera semana de vida del recién nacido como muertes fetales, para que no computen en el indicador.

Señalan que la relación entre muertes fetales y neonatales suele oscilar en el mundo entre 1,04 y 3,03. En Cuba, extrañamente, la mortalidad fetal es seis veces superior a la neonatal, dicen.

Partiendo de esta anomalía estadística, los investigadores creen que, de corregirse la trampa, la mortalidad infantil de Cuba se ubicaría entre 7,45 y 11,16 por 1.000 nacidos.

Otro mecanismo para falsear las cifras son los abortos forzados de mujeres con embarazos de riesgo, que inciden no solo en los datos de mortalidad infantil, sino también en las estadísticas de esperanza de vida.Image result for nacimientos en cuba

“Si los fetos con mayores problemas de viabilidad no llegan a nacer, entonces la mortalidad infantil se reduce”, indicaron los autores del estudio.

Además, al reducir la posibilidad de que ocurran esos nacimientos, disminuye también la cantidad de personas con riesgo de padecer enfermedades mortales y, por tanto, aumenta la esperanza de vida.

Cuba es uno de los países con mayor índice de abortos. “Se practican 72,8 abortos por cada 100 nacimientos (en contraste, en EEUU son 18,8 y, en Suecia, 33,1)”. Si solo el 5% de esos abortos se evitara, “la esperanza de vida de las personas disminuiría entre 1,46 y 1,79 años, de modo que ya pasaría a ser inferior a la de EEUU”, explican.

Otra cifra publicada por el Gobierno cubano este miércoles es la tasa de mortalidad de los menores de cinco años. Según el MINSAP, se redujo de un 5,5 en 2017 a un 5,3 en 2018, mientras que la tasa de mortalidad en la edad escolar se mantiene por debajo de 3,0 desde el año 2002.

En el caso de los nacimientos —en los que Cuba exhibe una tasa global de fecundidad muy baja en los últimos 30 años y una marcada tendencia al envejecimiento poblacional— se incrementaron en 1.349 con relación a 2017.

Fuente: diariodecuba.com

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